Existe evidencia arqueológica de que el territorio de la actual Bulgaria fue poblado en el paleolítico medio (entre el 100.000 y el 40.000 a.C.). Los primeros asentamientos agrícolas datan del período neolítico (entre el 7.000 a.C. y el 3.000 a.C.). Las tribus tracias – de la etnia turca– llegadas de Asia Central hacia el 3.500 a. C. se organizaron y desarrollaron su cultura cuyos monumentos ecuestres y tradición de mímica perduraron hasta hoy. Gracias a sus aptitudes para el combate, los tracios se impusieron a reiterados ataques de los macedonios y los persas y resistieron 150 años al Imperio Romano, que logró esclavizarlos en los primeros años de nuestra era. Roma dividió el territorio de Bulgaria en las provincias de Tracia y Moesia, por las que atravesó su principal ruta terrestre hacia oriente medio.

Los búlgaros llegaron a la región a fines del siglo V entre las tribus que siguieron a la devastadora invasión de los mongoles liderados por Atila. Fieros luchadores a caballo, que vivían sobre todo de la guerra y el saqueo, los búlgaros se asentaron, en un principio, en las estepas situadas al norte del mar Negro y al noreste del Danubio.

A mediados del siglo VI, una ola de inmigrantes eslavos, venidos desde oriente, se diseminó en pequeñas unidades agrícolas entre las costas sureñas del Danubio y el mar Egeo, en tierras desoladas tras el pasaje de godos (tribus germanas), hunos (pueblos bárbaros, llegados de la Alta Asia en el siglo V, que construyeron un poderoso estado en la zona del Danubio, pillaron el Imperio Romano y desaparecieron con la caída del mismo) y ávaros (guerreros nómades de Asia central). Durante el siglo VII, los búlgaros, presionados por los ávaros, cruzaron el Danubio y sometieron a los eslavos.

En el año 681, tras repetidas victorias de los búlgaros en enfrentamientos territoriales –Moesia estaba en manos del Imperio Bizantino– Constantino IV reconoció formalmente al Estado de Bulgaria.

La autonomía política se consolidó con el reconocimiento de la independencia de la Iglesia búlgara por parte del patriarca de Bizancio, en el año 864. Este logro favoreció la integración cultural de eslavos y búlgaros, entre quienes se gestó una identidad original. Prueba de ello es la creación del alfabeto eslavo junto con la fundación de la lengua oficial en el año 863. Allí se inauguró un período de florecimiento de la literatura y las artes en el que se abrieron universidades y escuelas.

Con Simeón (893-927), el estado búlgaro extendió sus dominios hasta el Adriático y sometió a los serbios, convirtiéndose en el reino más poderoso de Europa oriental.

A su muerte, el poder búlgaro comenzó a declinar debido a las disputas internas de la nobleza, a la oposición campesina y a nuevos ataques del exterior. En el año 1014, Bulgaria perdió todos sus territorios, que quedaron en manos de Bizancio por más de 150 años. Después de una insurrección general, en 1185, la región norte de Bulgaria recuperó su independencia.

Bulgaria volvió a fortalecerse durante el reinado de Iván Asen II (1218-1241), pero ninguno de sus sucesores fue capaz de imponer una autoridad centralizada ante las tendencias centrífugas del feudalismo.

El Imperio Otomano comenzó a declinar en los siglos XVII y XVIII, después de las guerras con Austria y el antiguo Estado búlgaro fue invadido por Rusia en 1810 y 1828.

Durante ese largo período, la conciencia búlgara se conservó en la lengua, que permaneció intacta, la música y las leyendas folklóricas. Bajo la dominación turca, la Iglesia griega asumió el liderazgo religioso y suprimió el patriarcado independiente. Por esta razón, los monjes búlgaros estuvieron entre los precursores del movimiento de liberación nacional.

Después de luchar unos 40 años por la recuperación de su independencia, en 1870, la Iglesia búlgara consiguió que el sultán la autorizara a crear un exarcado en su jurisdicción. El primer exarca y sus sucesores fueron declarados cismáticos y excomulgados por el patriarcado griego.

En el Tratado de San Stefano de 1878, Moscú impuso la creación de un estado búlgaro, pero las potencias europeas temieron que se conformara un satélite ruso en los Balcanes. En el Congreso de Berlín, celebrado ese año, las potencias acordaron la creación de la «provincia autónoma» de Rumelia al sur y del estado de Bulgaria al norte, mientras Macedonia permanecía dentro del Imperio Otomano. La ley orgánica y la elección del gobernante del nuevo estado quedaron a cargo de una asamblea de notables.

La Constitución aprobada por esa asamblea, una de las más liberales de la época, instauró una monarquía parlamentaria. El príncipe elegido, Alejandro de Battenberg, nieto del emperador Alejandro II de Rusia, asumió el trono de Bulgaria en julio de 1878 con el juramento de cumplir la Constitución, pero la suspendió dos años más tarde.

El príncipe formó un gobierno dictatorial, encabezado por el general ruso Leonid Sobolev y sectores conservadores. Tras la muerte del emperador ruso, Alejandro atendió las aspiraciones búlgaras. En 1885, apoyó la rebelión de los liberales en Rumelia, que sustituyeron al gobernador y proclamaron la unión con Bulgaria.

En 1886 se firmaron tratados en los que se reconoció al príncipe Alejandro como gobernador de Rumelia y Bulgaria, pero pronto fue obligado a abdicar. Preocupados por la aceptación por parte de Rusia y el resto de Europa, los búlgaros designaron en su lugar a Ferdinando de Saxe-Coburg-Gotha.

na vez superada la desconfianza inicial, Ferdinando obtuvo el apoyo de Viena, Londres, Roma y Rusia para la reunificación de los búlgaros. En 1908, proclamó la independencia de Bulgaria.

En 1912, Bulgaria impulsó la formación de la liga de los Balcanes junto a Grecia, Serbia y Montenegro para enfrentar a Turquía en la primera guerra de los Balcanes, que estalló en octubre. En mayo de 1913, Turquía firmó la cesión de sus dominios europeos en el mar Negro.

Los aliados de la liga no concordaron en el reparto efectuado; Bulgaria se enfrentó con Grecia Serbia y Montenegro con Rumania. La segunda guerra de los Balcanes terminó rápidamente con la derrota búlgara. En Bucarest, en agosto de 1913, Macedonia fue dividida entre Grecia y Serbia. Rumania se quedó con una rica región del norte de Bulgaria.

El gobierno búlgaro abandonó ese año la tradicional diplomacia pro-rusa del país y se aproximó a Alemania, sin contar con la aprobación de la población ni el ejército. Al cabo de la Primera Guerra Mundial, en 1918, Ferdinando se rindió a los Aliados y abdicó en favor de su hijo Boris.

Bulgaria fue desarmada y obligada a pagar una indemnización, aparte de sus pérdidas territoriales. Restablecida la Carta de 1878, en las elecciones de 1920, la reacción popular contra la guerra dio al Partido Agrario una amplia mayoría. El gobierno implantó una reforma agraria, copia del modelo soviético, aunque en el país los comunistas fueron perseguidos.

Bulgaria se integró a la Sociedad de Naciones y practicó una diplomacia de conciliación, pero las pérdidas territoriales y la presión de los búlgaros fuera del país renovaron la tensión con sus vecinos. En 1923, Aleksandur Stamboliyski, líder de los agrarios y jefe del gobierno, fue derrocado y asesinado por una conspiración de macedonios y opositores.

Aleksandur Tsankov asumió el gobierno al frente de una alianza partidaria de la que fueron excluidos liberales, comunistas y agrarios. Los levantamientos y acciones armadas de la oposición provocaron centenares de ejecuciones y asesinatos. El gobierno decretó la ley marcial y reforzó el ejército para impedir una insurrección general.

En 1934, con temor por los efectos de la depresión económica mundial y alentado por sus vecinos, el rey Boris III instauró una dictadura, que proscribió todos los partidos políticos, impuso la censura de prensa, cerró universidades y creó un movimiento juvenil de ultraderecha.

Bulgaria redujo la tensión con Turquía. En 1937, firmó un acuerdo de paz con Yugoslavia y al año siguiente un pacto de no agresión con la alianza balcánica, a cambio del rearme del ejército búlgaro. Al tiempo que el rey se acercaba nuevamente a Alemania, recobró fuerza entre los búlgaros la aspiración de volver a sus antiguas fronteras.

En 1940, Alemania obligó a Rumania a devolver la región búlgara ganada en la segunda guerra de los Balcanes. Bulgaria firmó el pacto anti-Komintern y las tropas alemanas montaron en su territorio bases contra Grecia y Yugoslavia. En compensación, tropas búlgaras ocuparon después la Tracia griega y la Macedonia yugoslava, así como parte de Serbia.

Sin embargo, Bulgaria se negó a declarar la guerra a la Unión Soviética. El rey Boris fue asesinado y se formó un nuevo gobierno proalemán. La resistencia anti-nazi que crecía bajo el liderazgo de los comunistas impulsó la formación del Frente Patriótico, al que se unieron republicanos, agrarios de izquierda, demócratas e independientes.

En mayo de 1944, paralizado por la guerra civil, renunció Boshilov, jefe del gobierno proalemán, y fue sustituido por Bagrianov, quien buscó un acuerdo con los Aliados, mientras las tropas soviéticas avanzaban hacia el Danubio. Bulgaria se declaró neutral y ordenó el desarme de las tropas alemanas de ocupación.

La URSS y el Ejército Rojo entraron en territorio búlgaro, mientras la resistencia convocaba a la insurrección. El 8 de setiembre, el Ejército Rojo tomó la capital y el Frente Patriótico formó un gobierno encabezado por Kimon Georgiev.

En octubre, Sofía firmó la paz con los Aliados. Las tropas búlgaras, bajo el mando soviético, colaboraron en la derrota de las fuerzas alemanas en Hungría, Yugoslavia y Austria.

En el referéndum de 1946, 92% del electorado aprobó la creación de la República de Bulgaria. El Frente Patriótico triunfó en las elecciones. El líder comunista, Giorgi Dimitrov, ocupó el cargo de primer ministro.

En 1947, el Reino Unido y EE.UU. reconocieron al gobierno, la Asamblea Nacional ratificó el tratado de paz con los Aliados, entró en vigor la nueva Constitución y, al final del año, las tropas soviéticas abandonaron el país. Tras pasar a la oposición, algunos ex líderes del Frente Patriótico fueron detenidos y condenados a muerte por conspiración.

Dirigido por el Partido Comunista (PCB), el Estado búlgaro adoptó el modelo económico-social de la Unión Soviética. En el campo se impuso una colectivización forzada. Sin considerar la falta de materias primas y de preparación técnica de la mano de obra, se emprendió una industrialización acelerada. Con ella se inició un proceso de urbanización que determinó la expansión demográfica de Sofía, cuyo número de habitantes se cuadruplicó en dos generaciones.

Dimitrov renunció al gobierno en 1949 en favor de Vulko Chervenkov. En 1954, Todor Zhivkov fue nombrado primer secretario del PCB y primer ministro, en 1962. Bulgaria se convirtió en el más estrecho aliado de la URSS entre los países miembros del Pacto de Varsovia –1955– y en 1968 acompañó a las tropas soviéticas en la intervención en Checoeslovaquia.

En 1988, Bulgaria y Turquía firmaron un protocolo sobre relaciones económicas bilaterales, pero el diálogo sufrió una interrupción al año siguiente, cuando se supo que la milicia búlgara había reprimido con violencia a unos 30.000 turcos que protestaban contra la política de asimilación.

En noviembre, el grupo Ecoglasnost efectuó ante la Asamblea Nacional la mayor manifestación de la posguerra, contra el proyecto de una central nuclear en una isla del Danubio y contra la construcción de una represa en una de las reservas naturales más importantes del país.

El Comité Central del PCB sustituyó a Zhivkov en los cargos de secretario general –que había ocupado durante 35 años– y de presidente del Consejo de Estado, por Petur Mladenov, partidario de la liberalización del régimen.

Se generalizaron las exigencias de reformas y elecciones y la presión social forzó la enmienda de la Constitución para introducir una ley electoral que permitiera la realización de elecciones.

En marzo de 1990, la Unión de Fuerzas Democráticas (UFD), de 16 partidos opositores, y el oficialismo acordaron elegir una Asamblea Constituyente. En las votaciones de julio, el Partido Socialista Búlgaro (ex PCB) resultó victorioso, y poco después, formó un gobierno de coalición presidido por Yelio Yelev, disidente en los años 1970 y líder del ala socialdemócrata de la UFD.

El nuevo gobierno de coalición adoptó un programa de reformas económicas, en consulta con el FMI y el Banco Mundial, y acordó con los sindicatos una «paz social» por un período de 200 días, hasta la puesta en marcha de las reformas.

En julio de 1991 fue aprobada la nueva Constitución, que estableció un sistema parlamentario, consagró la inviolabilidad de la propiedad privada y la libertad de opinión. Tras las elecciones de octubre, el Parlamento designó primer ministro a Filip Dimitrov, alejado de los socialdemócratas y «verdes» fundadores de la UFD, por el apoyo de la derecha de la coalición opositora y del Movimiento por la Libertad y los Derechos Humanos, MDL (de la minoría turca).

En junio, Bulgaria entró en el Consejo de Europa. En el curso de ese año, el ex líder comunista Todor Zhivkov, junto a cuatro altos jerarcas de gobiernos anteriores a 1991, fue detenido por corrupción en el ejercicio de sus funciones. La situación económica llevó al MDL a retirar su apoyo a Dimitrov, lo que causó la caída de su gabinete.

El nuevo primer ministro, Liuben Berov, del MDL, se dijo dispuesto a restituir a la minoría turca las tierras confiscadas por los comunistas.

La transición de la economía planificada al libre mercado planteaba numerosas dificultades. Al dejar la ex URSS de comprar dos tercios de las exportaciones búlgaras, el comercio exterior se redujo sensiblemente. Además, las sanciones impuestas por la ONU a la ex Yugoslavia hicieron perder a Bulgaria 1.500 millones de dólares. En 1993, Berov prosiguió las reformas para instaurar la economía de mercado a un ritmo considerado excesivamente lento por el FMI, lo que provocó cierta tensión entre Sofía y el organismo internacional.

En junio de 1994, Berov hizo sancionar la ley de privatizaciones. Acosado por cuestionamientos, tanto en el área económica como de los derechos de los búlgaros de origen turco, presentó su renuncia tres meses más tarde. El presidente Yelev debió disolver el Parlamento y llamar a elecciones anticipadas. El PSB conquistó la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional.

En enero de 1995, el líder socialista Zhan Videnov, de 35 años, formó un nuevo gobierno en el que incluyó a miembros del PSB, la Unión Nacional Agraria Búlgara y el Club Político Ecoglasnost. Fue el primer gabinete en la historia de la Bulgaria poscomunista que gozó de mayoría absoluta en la Asamblea Nacional.

Petar Stoyanov, de la Unión de Fuerzas Democráticas, ganó las elecciones presidenciales de 1996. Ese año, Bulgaria adhirió a la Organización Mundial de Comercio.

Acosado por sus enemigos políticos, el primer ministro Zhan Videnov renunció. Los grupos conservadores que apoyaron a Stoyanov pidieron la dimisión del gobierno, sostenido por la mayoría parlamentaria de los socialistas y sus aliados. Una serie de manifestaciones públicas en la capital y otras ciudades pidieron la convocatoria a nuevas elecciones legislativas. En enero de 1997, luego de comprometerse a adelantar los comicios previstos para 1998, Stoyanov asumió la presidencia.

La elecciones legislativas tuvieron lugar en abril de 1997 y dieron el triunfo a la Unión de Fuerzas Democráticas. El nuevo gobierno puso en marcha una política económica netamente neoliberal, que seguía las pautas dictadas por el FMI, preveía la privatización de empresas estatales consideradas deficitarias y exigía la eliminación de 60.000 empleos públicos. Con el fin de reducir la inflación, se liberalizaron los servicios. En mayo de 1998 se eliminaron los subsidios al sector agrícola y se anunció la privatización de la empresa estatal de telecomunicaciones, varios bancos y la línea aérea búlgara. El gobierno declaró que su objetivo sería el equilibrio fiscal. Pocas semanas después el FMI acordó entregar un préstamo de 800 millones de dólares.

En contrapartida a su ingreso a la Unión Europea en 2007, Bulgaria fue obligada a cerrar los dos reactores nucleares más antiguos instalados en su territorio y a comprometerse a hacer lo propio con dos más de los cuatro, lo que efectivizó en 2006.

El ex rey Simeon II, coronado a la edad de seis años, lanzó en abril de 2001 la fuerza política Movimiento Nacional Simeon II. Al triunfar en las elecciones parlamentarias y asumir como primer ministro en julio, Simeón Saxe-Coburgo se convirtió en el primer ex monarca de Europa Oriental en regresar al poder. En su campaña, además de declarar que no pretendía restaurar la monarquía, Simeón se había comprometido a poner fin a la pobreza, el desempleo y otros males que han asfixiado a la sociedad búlgara luego de la caída del comunismo. Bulgaria es actualmente el primer centro de acceso a Occidente de heroína y cocaína proveniente de Asia.

Al cumplirse 100 días de la asunción de Simeón, una manifestación de miles de personas, insatisfechas por el no cumplimiento de sus promesas, sacudió la capital. Ese mismo mes, el líder del Partido Socialista, Georgi Parvanov fue elegido presidente. Esta fue la elección con menor participación de votantes desde la caída del comunismo (41%).

En diciembre se publicó un informe acerca del tráfico de personas en el sureste de Europa, elaborado en conjunto por Naciones Unidas, la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) y el Pacto para la Estabilidad del Sureste de Europa. Según el documento, a pesar de las reformas legislativas y la cooperación policial de los gobiernos europeos, el tráfico humano continuó en aumento; las personas traficadas eran en su mayoría mujeres y niños.

En abril de 2004 Bulgaria (junto a Estonia, Lituania, Letonia, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia) ingresó como nuevo miembro de OTAN; ésta fue la más grande expansión de la organización desde su creación (1949) y llevó a 26 el número de países miembro. La opinión pública búlgara fue favorable al ingreso a la organización. Jaap de Hoop Scheffer, secretario general de OTAN, señaló, durante la ceremonia realizada en Bruselas, que la reunión sería «franca y productiva».

En junio, dos ciudadanos búlgaros fueron secuestrados en Irak. Georgi Lazov y Ivaylo Kepov, ambos camioneros, fueron capturados cerca de Mosul (ciudad situada a casi 400 Km. al norte de Irak), por milicias rebeldes iraquíes; los captores exigieron la liberación de todos los presos iraquíes en manos estadounidenses.

Dos meses más tarde, el gobierno confirmó el hallazgo de los cuerpos sin vida de los dos rehenes en el río Tigris, que atraviesa Irak, Siria y Turquía. Bulgaria, a pesar de la muerte de los rehenes, mantuvo su contingente militar (500 soldados) en Irak.

Bulgaria firmó su tratado de ingreso a la UE en abril de 2005. Entre las reformas que debía implementar el país para ingresar a la unión el 1º de enero de 2007 se encontraban reformas, principalmente en la lucha contra la corrupción. Las cortes búlgaras debían probar que todos los ciudadanos recibían un juicio justo y las autoridades anticorrupción, por su parte, debían haber mostrado, para esa fecha, que nadie estaba fuera de su alcance.

Bulgaria firmó con Estados Unidos un acuerdo, en abril de 2006, para establecer instalaciones militares conjuntas en el país. Por este acuerdo a 10 años, ambos países podrían compartir instalaciones de entrenamiento búlgaras. Durante el período, hasta 2.500 soldados estadounidenses habrían de ser emplazados en Bulgaria en forma rotativa.

El primero de enero de 2007 Bulgaria ingresó formalmente a la Unión Europea (UE), elevando a 27 el número de países miembro. Sin embargo, el ingreso estaba condicionado a que se alcanzaran ciertos objetivos, tales como una reforma judicial y la eliminación de la corrupción. A su vez, para frenar lo que podría convertirse en una ola de migraciones de búlgaros en busca de empleo por la UE, por tres años no podrían trabajar en casi ningún país de la unión.