El archipiélago de las Bahamas fue una de las pocas zonas del Caribe donde los arawaks, que vivían principalmente de la pesca y del cultivo de mariscos y moluscos, no fueron desplazados por los caribes. Los escasos vestigios de su cultura son vasijas, fragmentos de cerámicas y petroglifos.

Probablemente fue en la isla bahamesa de Guanahaní (también San Salvador y Watling) donde Cristóbal Colón pisó por primera vez tierra americana.

El historiador español Francisco López de Gómara destaca que, durante un período de 25 años, los españoles esclavizaron a 40 mil indígenas, enviados a trabajar en las minas de otras islas, por ejemplo Santo Domingo, y más de 50 mil murieron.

Por ese motivo, los españoles no colonizaron las islas carentes de recursos minerales. Fueron los ingleses quienes se establecieron en ellas, para usarlas como refugio para sus corsarios y piratas, que se apoderaban precisamente del oro extraído por los españoles en otras tierras americanas.

En 1640 los ingleses comenzaron a ocupar las Bahamas, donde establecieron plantaciones de azúcar y otros cultivos tropicales usando el trabajo de esclavos africanos, cuyos descendientes constituyen hoy la mayoría de la población local. Tras muchas disputas, el control británico sobre las Bahamas se concretó en 1873 con el Tratado de Madrid.

Los británicos no permitieron la emancipación de su estratégico archipiélago hasta 1973 cuando las Bahamas proclamaron su independencia dentro de la Comunidad Británica. Ello no significó mayores cambios en la vida de la sociedad, ya que poco a poco el predominio inglés fue sustituido por el estadounidense.

En efecto, son norteamericanos la mayor parte de los tres millones de turistas que visitan la isla cada año, atraídos por sus playas y sus casinos; son norteamericanas las trasnacionales que tienen en Bahamas su sede formal, aprovechando las facilidades para la evasión de impuestos que les brinda este paraíso fiscal; y son norteamericanos los principales compradores de la lotería que contribuye, en gran medida, a financiar el presupuesto estatal. La segunda actividad económica del país es la banca: en 2006 había alrededor de 350 bancos. Estados Unidos cuenta además, desde 1942, con una base naval en Freeport, que contribuye a controlar el pasaje del golfo de México al océano Atlántico, por el estrecho de Florida.

En general la situación no se diferenciaba mucho del resto del Caribe, pero en tanto los demás países del área se esforzaban por encontrar caminos de integración, Bahamas nunca integró ningún organismo regional.

En 1956 se aprobó una resolución antidiscriminatoria en la Asamblea, que promovía la igualdad étnica. Se permitió entonces, por primera vez, el acceso de la población de origen africano a lugares donde no era admitida, así como a los círculos de poder.

El Partido Progresista Liberal (PLP), liderado por dirigentes negros, alcanzó el poder en 1967, clausurando la era de supremacía blanca. El cargo de primer ministro fue ocupado por Lynden Pindling.

En 1977, cuando la crisis económica y social comenzó a notarse, el gobierno ofreció mayores incentivos al capital extranjero. Comenzó a fomentar la industria, en una tentativa por disminuir el gran desempleo, que auguraba tensiones sociales en el archipiélago; habilitó en su puerto de aguas profundas, un parque industrial de 1.200 hectáreas destinado a albergar depósitos de mercaderías para ser reexportadas con un procesamiento local mínimo.

Durante la campaña electoral de 1977 los partidos opositores –Movimiento Nacional Libre (FNM por su sigla en inglés), Partido Democrático de las Bahamas (PDB) y Partido Vanguardia (PV)– acusaron al gobierno de corrupción y malversación de fondos públicos. La izquierda y la derecha criticaron las políticas del gobierno ante las transnacionales. Sin embargo, Pindling volvió a conquistar una amplia mayoría de los sufragios, prometió abatir el desempleo y abrió las costas del país a las transnacionales, que reanudaron en 1979 la prospección petrolera.

En 1984 el clima político fue alterado aún más por una denuncia de la cadena de noticias norteamericana NBC contra el primer ministro Pindling, que lo acusaba de recibir sumas millonarias por autorizar el paso de droga por su país. Una comisión investigadora confirmó que funcionarios del gobierno estaban involucrados en el narcotráfico, pero eximió de responsabilidades al primer ministro.

En 1987 el índice de desempleo era superior a 18%; las mujeres y los menores de veinticinco años eran los más afectados. Para estos últimos la tasa de desocupación se estimaba en 35%. Después de haber sido un fuerte apoyo del gobierno en el pasado, los sindicatos comenzaron a criticar la falta de programas efectivos para resolver el problema del desempleo.

En las elecciones de junio de 1987 Pindling obtuvo la sexta victoria electoral consecutiva. El PLP conquistó 31 de los 49 escaños en disputa. El partido opositor FNM dirigido por Cecil Wallace Whitfield exigió reiteradamente la renuncia del primer ministro, acusándolo de fraude, corrupción y tolerancia para con los narcotraficantes.

Durante 1991, el marcado descenso del número de turistas se adjudicaba a la fama del país de ser uno de los que ostentaban más alto índice de consumo de cocaína y al aumento de la delincuencia. Un enlentecimiento en el índice inflacionario y el leve superávit fiscal obtenidos ese año no evitaron que se multiplicaran las protestas callejeras.

El turismo, que generaba más de 65% del PBI, se redujo en 1992 un 10% con relación a 1990; mientras que la banca había perdido clientes por sus competidores de las islas Caimán. Por último, el gobierno no pudo mejorar la producción agrícola. El país debía importar 80% de los alimentos que consumía.

Los 25 años de gobierno de Pindling terminaron en 1992 cuando Hubert Ingraham, ex protegido de Pindling y líder del FNM, ganó las elecciones parlamentarias con 55% de los votos. El nuevo gobierno se propuso abatir el desempleo mediante la liberalización de las leyes de inversión extranjera y el restablecimiento de Bahamas como destino turístico de primer nivel.

En febrero de 1994 una de las personalidades prominentes de la época de Pindling, el abogado Nigel Bowe, fue encarcelado en Miami por tráfico de drogas. Este mismo año el gobierno creó una comisión para investigar al propio ex primer ministro Pindling, acusado de usar fondos de la Hotel Corporation para acrecentar su patrimonio. Pindling negó estos cargos y se amparó en el secreto bancario, lo que impidió avanzar a la Comisión.

Durante 1995 se concretó la venta de numerosos hoteles de la Hotel Corporation a capitales extranjeros. El problema más importante para el gobierno lo constituyeron el desempleo y la presencia de varios miles de refugiados haitianos y cubanos. Se logró un acuerdo de repatriación con Haití, pero los cubanos lo rechazaron y reclamaron ser trasladados a Estados Unidos.

En enero del año siguiente se avizoró una solución al conflicto, cuando Bahamas firmó un acuerdo con Cuba, por el cual los cubanos que se encontraban viviendo en campos de detención bahameños retornarían a su país. Durante 1996, 250 cubanos que vivían en los campos de detención, más otros 70 que estaban viviendo ilegalmente, fueron devueltos a Cuba. El gobierno bahameño, en virtud del acuerdo, contaba con el compromiso del gobierno cubano de no tomar represalias contra los deportados.

En marzo de 1997, por primera vez en 12 años, se aplicó la pena de muerte y dos condenados fueron ahorcados. Las elecciones parlamentarias de ese mes fueron ampliamente ganadas por FNM, con 35 asientos. Hubert Ingraham fue reelecto primer ministro.

En setiembre de 1999, Bahamas fue azotada por el huracán Floyd, la peor tormenta de las últimas décadas. Decenas de miles de personas fueron evacuadas, y los vientos –que se presentaron en períodos de 12 horas consecutivas– alcanzaron los 240 km/hora, arrasaron villas enteras, destruyeron embarcaciones e interrumpieron las comunicaciones en Nassau.

El 6 de enero de 2000, pese a los pedidos de indulto realizados por diferentes organismos internacionales defensores de los derechos humanos, fue ahorcado un hombre sentenciado por el asesinato de una pareja de turistas alemanes. Amnistía Internacional le solicitó al gobernador Orville Alton Turnquest que Bahamas se rigiera por los tratados internacionales, impusiera una moratoria de las ejecuciones y analizara abolir la pena de muerte.

El Gobierno de Bahamas promulgó, a finales de ese año, un compendio de leyes con el fin de reestructurar el sector de servicios financieros y así cumplir con algunas exigencias como las del Grupo de Labor Financiero (GAFI), la OCDE y otras que habían incluido a Bahamas en sus listas negras. Entró en vigor un paquete de nueve leyes que abarcaba, entre otras cosas, una revisión completa del Banco Central y de la Ley de Bancos Privados y Compañías de Fideicomisos, ingresos provenientes de delitos, reportes de transacciones financieras y la creación de una Unidad de Inteligencia Financiera.

En noviembre de 2001, por primera vez en su historia, una mujer, Ivy Dumont, ocupó el cargo de gobernadora general de Bahamas.

El buque petrolero «Prestige», de bandera de Bahamas, que transportaba 77 mil toneladas de crudo se accidentó frente a las costas de Galicia (España) en noviembre de 2002, y derramó más de 60 mil toneladas de petróleo.

En setiembre de 2005, Bahamas y varios países del Caribe, firmaron el Petrocaribe, un acuerdo con Venezuela que les permitió adquirir petróleo a precios preferenciales (sólo deben cancelar a precio de mercado una porción de las compras de petróleo; el resto se financia a una tasa de interés de 1% durante 25 años);.

La abolición de la imposición preceptiva de la pena de muerte a las personas declaradas culpables de asesinato, en marzo de 2006, marcó un pequeño avance en materia de derechos humanos. Esto derivó en la revisión de al menos 30 casos de personas condenadas a muerte.

Al ganar el FNM las elecciones parlamentarias de mayo de 2007, Ingraham, que recuperaba el puesto de primer ministro, declaró que «los inversores extranjeros tienen demasiado poder en el país».