Cuando los portugueses colonizaron el archipiélago de Cabo Verde, en el siglo XV, las islas hacían justicia a ese nombre: cubiertas por densa vegetación tropical, contrastando con rocas volcánicas negras y un mar azul. No hay evidencia, de que las islas estuvieran pobladas antes del arribo de los colonos, pero se considera probable que los árabes hayan visitado la isla Sal, para proveerse de ese elemento, en siglos anteriores. En 1462, los primeros colonos desembarcaron en lo que hoy es São Tiago y fundaron la más vieja ciudad europea del trópico: Ribeira Grande (hoy Cidade Velha). Los portugueses iniciaron el cultivo caña de azúcar: el clima seco no fue favorable, pero el desarrollo del comercio de esclavos (provenientes la mayoría de la costa oeste de África), dio prosperidad a Cabo Verde. Cuatrocientos años después, la colonización transformó las islas en un «desierto flotante»: gran parte de la población emigró, huyendo del hambre.

Para los portugueses, las islas, entre África, América y Europa, eran de un importante interés estratégico. En el siglo XVI, Cabo Verde fue escala de navíos, que cargaban esclavos hacia América (la esclavitud fue abolida en 1876). El asalto reiterado de piratas ingleses, holandeses y franceses obligó a los portugueses a trasladar colonos agricultores de Alentejo (situada al sudeste de Portugal y conocida como el «granero» de ese país), al archipiélago: debido a una agricultura poco adecuada, acabaron con el suelo fértil, lo que provocó, desde el siglo XVIII, sequías periódicas que continúan en el presente. La reducción de la agricultura –famosa entre los siglos XVII y XIX, por su algodón– provocó la emigración masiva de caboverdianos: la mayoría hacia Guinea-Bissau (ex colonia portuguesa muy vinculada al archipiélago); posteriormente continuaron emigrando hacia Angola, Mozambique, Senegal, Brasil y principalmente EEUU. En 1800, la prosperidad de las islas fue decayendo lentamente por la reiterada escasez, hambre, mala administración y corrupción del gobierno colonial.

El estatus de islas cambió en 1951, a provincia de ultramar. La lucha por la liberación afirmó los lazos entre Guinea-Bissau y Cabo Verde (ver Guinea-Bissau). En 1956, se creó el Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC), con militantes comunes de ambos lados: Amílcar Cabral, fundador e ideólogo, concibió la lucha y el desarrollo en conjunto, a partir de economías complementarias. En 1961, comenzó la guerrilla en el continente africano, donde lucharon centenares de caboverdianos. En 1974, cayó el régimen colonial; luego de un gobierno de transición, en 1975 se proclamó la independencia: por primera vez en el mundo, un mismo partido –el PAIGC– gobernó dos países. Arístides Pereira fue presidente de la República de Cabo Verde y, el comandante Pedro Pires su primer ministro. El PAIGC dio los primeros pasos hacia una federación entre Cabo Verde y Guinea-Bissau: las asambleas nacionales de ambos países constituyeron un Consejo de la Unión.

A partir de 1975, el área de bosques de Cabo Verde aumentó, de 3.000 a 45 mil hectáreas: el gobierno previó en diez años otras 75 mil, que autoabastecerían de leña a la población; en las estaciones lluviosas, hombres y mujeres dejaban hogares y oficinas para plantar árboles durante una semana. Se implantó la reforma agraria, con prioridad en la producción de alimentos, para consumo de la población (se producía sólo el 5%), en vez de favorecer cultivos de exportación característicos del período colonial; a pesar de estas acciones, la producción agrícola decayó por grandes sequías y el gobierno se volcó a promover la pesca.

Cabo Verde apoyó a Angola en la «segunda guerra de liberación» (ver Angola), debido a que permitió el puente aéreo de aviones cubanos en el archipiélago, ayudando a derrotar la invasión del territorio angoleño por tropas de Zaire y Sudáfrica y adoptó una política de no alineamiento, garantizando que no se instalarían bases militares extranjeras.

En 1981, cuando el PAIGC discutía una nueva Constitución para Guinea y Cabo Verde, fue depuesto el presidente Luiz Cabral, de Guinea-Bissau. João Bernardino Vieira, asumió en su lugar y fue hostil a la integración con Cabo Verde. Ese año, el PAIGC realizó en Cabo Verde un congreso de emergencia debido a los cambios políticos en Guinea-Bissau. Luego de ratificar los principios de Cabral, cambió su nombre a Partido Africano para la Independencia de Cabo Verde (PAICV), separándose orgánicamente del partido de Guinea. Las relaciones de ambos gobiernos fueron tensas, hasta que la mediación, en 1982, de Angola y Mozambique, logró que el presidente mozambiqueño Samora Machel, reuniera en Maputo a Pereira (reelecto en 1981), y a Vieira. En la Conferencia de ex Colonias Portuguesas en África (1982), realizada en Cabo Verde (ciudad de Praia), Vieira participó junto a sus colegas de Angola, Mozambique, Cabo Verde y São Tomé: las relaciones diplomáticas fueron normalizadas, aunque el partido no se reunificó y los planes de unión fueron archivados.

En 1984, la sequía redujo las cosechas 25% respecto a cinco años antes, el déficit de la balanza comercial fue de 70 millones de dólares y la deuda externa se situó en 98 millones de dólares: el sistema de distribución de alimentos y la eficiente gestión estatal evitaron que el país cayera en la hambruna. Pobre en recursos naturales, con sólo el 10% de la tierra cultivable, Cabo Verde es altamente dependiente de la comida importada, introducida sobre todo bajo forma de ayuda humanitaria: la escasez obligó al país a depender de la ayuda extranjera, complicando los proyectos del «primer Plan de Desarrollo». En 1986, el «Segundo Plan de Desarrollo» dio prioridad al sector privado de la economía, (sobre todo al informal), y se combatió la desertificación: la meta fue recuperar –hasta 1990– más de cinco mil hectáreas de tierra y poner a funcionar un sistema único de administración y distribución de la reserva de agua del país. En la primera etapa, se construyeron más de 15 mil diques de contención de aguas pluviales y se forestaron 23.101 hectáreas. Pese a la sequía, aumentó la productividad agropecuaria, que abasteció casi totalmente de carne y hortalizas a la población, sin recurrir a la importación.

En 1991, Antonio Mascarenhas Monteiro (quien presidió por una década la Corte Suprema de Justicia), fue electo presidente, en las primeras elecciones libres y multipartidarias del país: se inició la transición a una economía de mercado, privatizando empresas de seguros, pesca y bancos, según las exigencias de los organismos internacionales. La ayuda externa era el 46% del PBI, un 15% más provenía de las remesas de dinero de los 700 mil caboverdianos residentes en el exterior. El gobierno del MPD (centrista), enfrentó un desempleo del 25% y, anunció la reestructura del Estado. En 1993, comenzó la reducción a la mitad de 12 mil funcionarios públicos, al tiempo que liberó gradualmente los precios. El presupuesto de 1994, pese a recortar el gasto público, aumentó la inversión pública (en transporte, telecomunicaciones y desarrollo rural): de 80 millones de dólares en 1993 a 138 millones en 1994.

En 1995, el primer ministro Carlos Veiga hizo cambios para favorecer la transición a la economía de mercado y fusionó los ministerios de Finanzas, Coordinación Económica y Turismo, Industria y Comercio en uno solo: Ministerio de Coordinación Económica. El Banco de Desarrollo Africano prestó, en 1997, 4,9 millones de dólares para reconstruir carreteras. Cabo Verde también recibió apoyo económico de China y creó una asociación con Angola para invertir en salud y bienestar social.

Informes de brutalidad policíaca con los detenidos se repitieron entre 1998 y 1999: los presos excedían la capacidad de las cárceles, carentes de las instalaciones mínimas razonables. La autocensura de los medios era muy común.

Las elecciones presidenciales de 2001 debieron repetirse por las acusaciones de fraude y el escaso margen final (50,05% contra 49.95%). El resultado final fue decidido por la Suprema Corte, luego de apelaciones cursadas por irregularidades en la votación: Pires, del PAICV, fue declarado ganador por 17 votos, sucediendo a Monteiro y convirtiéndose en el tercer mandatario desde la independencia. Jose Maria Pereira Neves fue electo primer ministro.

Pires intensificó esfuerzos para descentralizar y privatizar el sector estatal y firmó, en 2002, un acuerdo de cooperación con Francia por 610 millones de euros, que ayudaría a ese propósito.

Luego de las privatizaciones, el costo de los servicios básicos aumentó y el acceso al agua potable en las afueras de la capital resultaba difícil. El gobierno pretendía que en cinco años todas las escuelas tuvieran acceso al menos a una computadora y el premier Neves anunció la puesta en marcha del plan de desarrollo Operación Esperanza. «Mi investidura existe para dar garantía al futuro de los niños de Cabo Verde», enfatizó.

El ministro de finanzas, João Pinto Serra, prometió en una carta oficial dirigida al Fondo Monetario Internacional (FMI) en setiembre de 2004 que agilizaría las reformas estructurales en la administración de su gobierno en lo que restaba del año para así agilizar las privatizaciones. Las reformas estarían dirigidas hacia los sectores de energía, agua, telecomunicaciones, transporte, pesca y navegación.

En mayo de 2005, el primer ministro Neves señaló que el país podría intentar ingresar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN): El mes anterior, la OTAN había elegido Cabo Verde para probar, por primera vez en África, su Fuerza de Reacción. En junio, el opositor Movimiento para la Democracia llamó a debatir «urgentemente» la relación especial entre Cabo Verde y la Unión Europea.

En las elecciones parlamentarias de enero de 2006 ganó nuevamente el PAICV y Pires resultó reelecto.

Cabo Verde comenzó a prepararse para competir con otros países africanos que pretendían ser seleccionados por China para instalar alguna de sus cinco zonas de cooperación económica en África. Para julio de 2007, en tanto Zambia y Mauricio ya habían sido elegidos, Praia preparaba una delegación que visitaría Beijing para promocionar la candidatura de Cabo Verde. Otros de los interesados eran Tanzania, Liberia y Nigeria.