La isla de Cuba o Cubanacán («lugar central») estaba habitada en el siglo XVI por varios grupos étnicos, principalmente los agricultores taínos o arauacos y los ciboneyes. El 27 de octubre de 1492 Cristóbal Colón llegó a Cuba, pero no fue sino hasta 1509 que la primera circunvalación demostró a los europeos que se trataba de una isla y no de «tierra firme». En 1514 terminó la conquista, iniciada en 1511 por Diego Velázquez de Cuéllar, con la derrota de las fuerzas locales de Hatuey y Guama.

De esta isla, que un documento de mediados del siglo XVI describe como alta y montañosa, con ríos pequeños pero ricos en oro y peces, partieron los militares españoles que luego conquistaron gran parte del Caribe, México y América Central. En forma paralela, a partir de 1511 los colonos procedentes de Santo Domingo iniciaron la explotación del oro cubano. Fue un ciclo económico de corta duración quizás debido al exterminio de la población indígena local. Como el número de esclavos africanos en esos momentos era insuficiente, la economía colonial entró en decadencia y no se recuperó hasta fines del siglo XVI, cuando comenzó a crecer la producción azucarera.

La explotación del cuero y el cobre, así como la construcción naval, representaban ya en el siglo XVII una verdadera diversificación de la actividad económica en Cuba. De esa manera el eje económico se fue trasladando poco a poco de Santiago (costa sur) hacia La Habana, centro portuario de gran importancia a mediados del siglo XVII.

Hacia 1840 la mano de obra esclava en las plantaciones e ingenios azucareros representaba 77% del conjunto de la fuerza de trabajo cubana. Hay testimonio de la existencia de palenques (comunidades que formaban los esclavos huidos de sus amos, semejantes a los quilombos de otras partes de América –véase Brasil). En 1843 fue abortada una conspiración de esclavos conocida como de «La Escalera».

Además de las presiones ejercidas por el Reino Unido contra el tráfico negrero, las acciones de los propios esclavos durante la Guerra de los Diez Años (1868-1878) contribuyeron decisivamente a la abolición total del régimen esclavista, en 1886.

Como en el resto de las colonias españolas de América, las luchas por la independencia comenzaron en las primeras décadas del siglo XIX. España fortaleció su presencia militar y, en 1818, liberalizó su política comercial, permitiendo la exportación de azúcar a Estados Unidos y neutralizando la principal motivación económica de los independentistas. La segunda guerra de independencia comenzó en 1895, encabezada por José Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez. Cuando la victoria de los patriotas cubanos ya era inevitable, en 1898 los Estados Unidos declararon la guerra a España y desembarcaron en Guantánamo.

Los norteamericanos gobernaron el país de 1899 a 1902, cuando entró en vigencia una Constitución que incluía la llamada «enmienda Platt», que reconocía a los Estados Unidos el derecho de intervenir militarmente en Cuba y retener Guantánamo, donde establecieron una poderosa base aeronaval que aún conservan. El «derecho» de intervención fue ejercido en varias oportunidades, con la permanencia de marines por períodos prolongados.

En 1933 un levantamiento popular derrocó al dictador Machado. Grau San Martín intentó llevar adelante medidas populares y antiimperialistas, pero se vio forzado a renunciar por la presión norteamericana. El coronel Fulgencio Batista emergió como figura clave de un período turbulento, caracterizado por la corrupción y el gangsterismo, con el apoyo de Estados Unidos. El diez de marzo de 1952 Batista dio otro golpe de Estado e implantó un régimen despótico que costó la vida a 20.000 cubanos.

El 26 de julio de 1953, Fidel Castro y un grupo de revolucionarios asaltaron el Cuartel Moncada en la ciudad de Santiago de Cuba, acción que, si bien fracasó, marcó el comienzo de la lucha insurreccional. La defensa de Castro ante los jueces –conocida por sus palabras finales: «la historia me absolverá»– definió las bases programáticas del movimiento. Luego de un período de prisión y posterior exilio en México, en diciembre de 1956 Castro desembarcó del yate «Granma» en las costas de la isla.

A fines de 1958 Batista huyó de Cuba, cuando se acercaban a La Habana las columnas guerrilleras de Ernesto «Che» Guevara y Camilo Cienfuegos, vanguardia del Ejército Rebelde. En poco más de dos años, las guerrillas del Movimiento «26 de julio», organizado por Castro, desmoralizaron y vencieron al corrupto ejército batistiano.

En 1961, en un intento por poner fin al régimen que había efectuado la Reforma Agraria y expropiado varias empresas norteamericanas, los Estados Unidos organizaron un desembarco de contrarrevolucionarios, con apoyo logístico de la Fuerza Aérea estadounidense, en la bahía de Cochinos. Luego de 72 horas de duro combate, sin que se produjera el esperado levantamiento popular contra el gobierno revolucionario, el desembarco de Playa Girón terminó con la derrota de los invasores. Dos días antes de la invasión, el 15 de abril, día del entierro de las víctimas de los bombardeos mercenarios a los aeropuertos de La Habana, Castro había anunciado el objetivo socialista de la revolución y su alineamiento con el bloque soviético.

Ese mismo año todas las organizaciones políticas progubernamentales se unieron en una estructura común llamada inicialmente Organizaciones Revolucionarias Integradas y luego Partido Unido de la Revolución Socialista Cubana (PURSC).

En 1962 Estados Unidos logró la exclusión de Cuba de la Organización de Estados Americanos (OEA), presionó para el rompimiento de relaciones diplomáticas con la isla y comenzó el bloqueo económico, con el pretexto del apoyo cubano a movimientos insurreccionales en América Latina. En octubre, la instalación en Cuba de rampas de lanzamiento de misiles soviéticos con ojiva nuclear puso a Estados Unidos y la Unión Soviética (URSS) al borde de la guerra. El fin de la crisis, negociado entre Washington y Moscú, desnuclearizó a Cuba a cambio de una promesa de no invasión, pero desconoció las exigencias del gobierno cubano (cese del bloqueo, retiro de los soldados estadounidenses de Guantánamo, fin de las acciones terroristas desde el territorio de Estados Unidos).

La campaña de alfabetización llevada adelante en esos años llevó a que en 1961 Cuba se declarara «territorio libre de analfabetismo». Las mejoras en el área de la salud también fueron una prioridad del gobierno. En octubre de 1965 el PURSC se transformó en Partido Comunista de Cuba (PCC).

Los vínculos económicos y políticos con la URSS se estrecharon en los años siguientes. Cuba empezó a brindar asistencia técnica a pueblos y gobiernos afines del Tercer Mundo y envió en 1975 contingentes militares voluntarios a Etiopía y Angola, a pedido de sus gobiernos, para enfrentar respectivas invasiones.

La revolución comenzó a institucionalizarse después del Primer Congreso del PCC, en 1975, con la aprobación por voto popular de la nueva Constitución en 1976 y la elección consiguiente de representantes para los órganos del poder popular a nivel municipal, provincial y nacional. Durante 1979, Castro y la dirección del PCC promovieron una campaña de «exigencia revolucionaria», para corregir deficiencias en la gestión política y administrativa del proceso.

La asunción de Ronald Reagan como presidente de Estados Unidos elevó la tensión entre Estados Unidos y Cuba. A mediados de 1980 unas 120 mil personas partieron rumbo a la Florida desde el puerto del Mariel. Durante todo este período se agudizó la política dual de Washington hacia la inmigración cubana: por un lado apoyar e incentivar con todos los medios de propaganda las salidas ilegales de la isla y, por otro, frenar el trámite de los que solicitaban el ingreso legal.

En el período que siguió a la Guerra de las Malvinas (1982), las relaciones de Cuba con muchos gobiernos latinoamericanos mejoraron. La realización de varias reuniones internacionales en La Habana durante 1985 sobre el tema de la deuda externa fue otro factor de acercamiento de Cuba al resto de la región.

Luego del III Congreso del PCC, en 1986, se inició un «proceso de rectificación de errores y tendencias negativas», coincidente con los cambios que se daban en la URSS pero evitando trasladar el modelo de Europa del Este.

En junio de 1989, un grupo de oficiales de las Fuerzas Armadas y del Ministerio del Interior fue sometido a juicio público. Por vinculaciones con el tráfico de drogas cuatro fueron ejecutados, entre ellos el general Arnaldo Ochoa, principal jefe militar después de Raúl Castro y potencial sucesor de Castro.

A comienzos de 1990, la administración George H Bush intensificó la presión contra Cuba con importantes maniobras militares en la base de Guantánamo y el mar Caribe y la violación del espacio televisivo de la isla con las emisiones de Televisión Martí y el respaldo de La Voz de las Américas. Sin embargo, este proyecto sólo pudo penetrar en la isla un día, luego fue interferida con ondas locales.

En esos mismos meses regresaron los últimos contingentes cubanos del Congo, Etiopía y Angola que dejaron como saldo la independencia de Namibia y el comienzo de la abolición del apartheid. Más de 300 mil cubanos pasaron por Angola, con un costo humano de 2.016 muertos.

El IV Congreso del PCC tuvo lugar en octubre de 1991. Junto con una renovación de la máxima dirección se resolvió reformar la Constitución para elegir en forma directa a los miembros de la Asamblea Nacional, se ratificó el unipartidismo, se amplió la libertad religiosa y se estimularon las empresas mixtas, especialmente con capitales latinoamericanos.

Con la desaparición de sus viejos aliados del CAME (mercado común del bloque socialista), los suministros de algunos bienes básicos descendieron hasta niveles críticos. Ante la emergencia, el gobierno decidió estrechar sus vínculos con China, Vietnam y Corea del Norte y explotar económicamente sus logros tecnológicos, en particular en biotecnología y medicina (como la vacuna antimeningocóccica).

Se racionalizó al máximo el consumo de combustibles (la ex URSS redujo sus envíos de petróleo 25% entre 1989 y 1991) y se fortaleció la industria turística. El gobierno cubano realizó joint ventures (asociación con capitales extranjeros) con decenas de inversores, especialmente españoles.

La desaparición de los principales socios comerciales y el refuerzo del bloqueo por parte de Estados Unidos obligó a la creación de un Plan Especial que intentó distribuir equitativamente los escasos recursos. En 1990 se racionó el consumo de pan a 100 gramos por persona por día, se suspendió la edición de tres periódicos y se redujo a menos de un tercio la tirada habitual del diario oficial Granma.

A comienzos de 1993 se llevaron a cabo las elecciones a la Asamblea Nacional (Parlamento) y por primera vez sus diputados se eligieron directamente. Debido a la designación del ministro de Relaciones Exteriores, Ricardo Alarcón, como presidente de la Asamblea Nacional, fue elegido como nuevo canciller Roberto Robaina, secretario general de la Juventud Comunista.

El 26 de julio de 1993, 40° aniversario del ataque al Cuartel Moncada, Castro anunció la legalización de la tenencia y uso de divisas extranjeras y del trabajo por cuenta propia.

Hacia fines de ese año la Asamblea Nacional acordó organizar un debate sobre la crisis de las finanzas internas en cada centro de trabajo. Estos Parlamentos Obreros, reunidos en 1994, aportaron opiniones acerca del estado de los centros de trabajo y su gestión económica.

En abril de 1994 se realizó en La Habana la reunión «La Nación y la Emigración», convocada por el canciller Robaina, a la que asistieron algunos grupos de emigrados cubanos en el exterior. Poco después se produjeron varios incidentes en La Habana protagonizados por personas que querían salir del país ilegalmente en embarcaciones precarias. Cuando Cuba anunció que no pondría trabas a los llamados «balseros», Estados Unidos accedió a mantener conversaciones oficiales para regular la salida legal de inmigrantes.

En julio, Cuba ingresó como miembro pleno en la Asociación de Estados del Caribe (AEC). La participación de Cuba en la AEC, organización que surge como un nuevo bloque económico, tenía por objeto facilitar una mayor integración de la economía cubana en la región con ventajas arancelarias y facilidades comerciales.

En 1995 bajó el déficit fiscal por tercer año consecutivo, mediante la reducción de los servicios públicos y el recorte de subsidios. Se introdujo un sistema de convertibilidad del peso con el dólar y se legalizó la tenencia de moneda estadounidense. El parlamento aprobó una nueva ley de inversiones, permitiendo el establecimiento de empresas de capital ciento por ciento extranjero, incluso de cubanos residentes en el exterior. En contrapartida, el Congreso estadounidense promulgó la ley Burton-Helms, penalizando a las empresas que negociaran con Cuba a través de terceros países. La comunidad internacional criticó duramente esta medida, en especial la UE, por violar los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio y del GATT.

En febrero de 1996 la aviación cubana derribó dos avionetas de un grupo de exiliados de Miami –llamado «Hermanos al Rescate»– que, según La Habana, violaba el espacio aéreo de la isla para arrojar panfletos antigubernamentales. Amnistía Internacional denunció el encarcelamiento de varias personas vinculadas al Concilio Cubano. Según Amnistía, el Concilio reunía a 140 grupos de periodistas, profesionales y sindicalistas opositores, mientras que el gobierno cubano lo vinculaba a las acciones intervencionistas estadounidenses.

La ley Burton-Helms impidió que Cuba accediera a préstamos de instituciones como el Banco Mundial o el FMI. Sin embargo, empresas extranjeras continuaron invirtiendo en Cuba, utilizando diversos subterfugios, y las reformas económicas continuaron adelante. A mediados de 1996, la productividad había crecido un 8% con respecto a 1995 y el PBI había aumentado 9,6%.

Los cubanos exiliados en Miami sufrieron dos «duros golpes» a finales de 1997. El primero fue el deceso de su líder Más Canosa, y el segundo la victoria política de Castro que constituyó la visita de Juan Pablo II a la isla. A partir del congreso del PCC de 1991 y las enmiendas constitucionales de 1992, las relaciones entre Cuba y la Santa Sede mejoraron considerablemente. Como preámbulo a la visita, el Papa condenó el embargo estadounidense a la isla y Castro declaró feriado nacional la Navidad de 1997.

Granada y Cuba restablecieron en abril de 1998 sus relaciones diplomáticas, interrumpidas desde la invasión estadounidense a aquel país en 1983. El primer ministro granadino Keith Mitchell realizó una visita oficial a Cuba, durante la cual se firmaron acuerdos de cooperación económica.

En febrero, la Comisión de Esclarecimiento Histórico de la ONU, a la vez que responsabilizó a Estados Unidos por respaldar al ejército de Guatemala en las masacres perpetradas contra las poblaciones de ese país, señaló que el gobierno cubano había dado ayuda a las guerrillas izquierdistas guatemaltecas, inclusive en armamentos.

La permanente tirantez entre Castro y las sucesivas administraciones estadounidenses fue reavivada en noviembre de 1999, cuando un niño fue el único sobreviviente de una embarcación de cubanos que naufragó mientras buscaban llegar a Miami. Cuba reclamó la devolución de Elián González, mientras distintos grupos políticos estadounidenses utilizaron al niño como estandarte para las elecciones del año 2000. Ignorando los dictámenes de la justicia estadounidense, que estableció que Elián González debía ser regresado a su país natal, se solicitó al Congreso que el niño se convirtiera en ciudadano de ese país. En Cuba, Elián también se convirtió en emblema, pero de la lucha contra Estados Unidos y su bloqueo de más de cuatro décadas. Finalmente, en junio de 2000, el niño retornó a la isla, luego de varios meses de reclamos y apelaciones judiciales.

Cientos de prisioneros afganos fueron recluidos en la base militar estadounidense de Guantánamo, en enero de 2002, para ser interrogados como sospechosos de pertenecer a la red terrorista al-Qaeda. EE.UU., sin otorgarles el estatus de prisioneros de guerra, en ese momento los calificaba como «combatientes ilegales», figura legal desconocida para el derecho internacional.

La base militar rusa de Lourdes, situada a 20 km.de la Habana, que había sido instalada en 1964 para monitorear los movimientos y comunicaciones estadounidenses, fue cerrada en enero de 2002. Si bien Moscú adujo razones de costo, las autoridades cubanas acusaron a Vladimir Putin, presidente ruso, de clausurarla como un regalo a Estados Unidos, en el marco de la política de acercamiento que sucediera a los ataques terroristas del 11 de setiembre sobre Nueva York y Washington, y por amenazas del Congreso de suspender su ayuda económica a Rusia.

El 20 de abril de 2002 el Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas votó, por moción de Uruguay, una resolución contra Cuba, urgiendo al gobierno a otorgar más libertades individuales y derechos políticos, además de permitir la visita de un enviado de ONU para monitorear los progresos en la materia.

El ex presidente estadounidense, Jimmy Carter, visitó la isla en mayo de 2002, convirtiéndose en el primer presidente de Estados Unidos (en ejercicio o no) en hacerlo desde que Fidel Castro asumiera el gobierno. Carter declaró que Cuba no estaba fabricando armas biológicas, luego de visitar el laboratorio donde, supuestamente según Washington, las estaría produciendo. Según las acusaciones previas de Washington, la isla era parte del «eje del mal».

La UE aprobó, en junio de 2003, sanciones diplomáticas contra Cuba –tras el encarcelamiento de 75 disidentes y 29 periodistas– por la continua violación de los DDHH.

Casi un año después, en abril de 2004, la Comisión de DDHH de la ONU aprobó –por 22 votos a favor 21 en contra y 10 abstenciones– una resolución de censura a Cuba por su política en la materia.

Los encargados de América Latina de 25 países de la UE, reunidos en Bruselas en octubre, consideraron la propuesta de suavizar la política del bloque hacia La Habana, ante la evidencia de que las sanciones no mejoraban el respeto por la democracia o los DDHH en el país. Ese mismo mes, la ONU votó –por 179 votos a favor, 1 abstención y 4 en contra– por decimotercer año consecutivo, contra el bloqueo estadounidense a la isla.

Alrededor de 200 disidentes se reunieron en La Habana, en mayo de 2005, en el primer encuentro público de oposición desde la revolución de 1959. El acto, convocado por la Asamblea para la Promoción de la Sociedad Civil en Cuba, tenía como expectativa la promoción de la democracia en el país. Las autoridades, por su parte, no intervinieron, si bien con anterioridad habían evitado que participaran políticos europeos habían planeado hacerlo.

En agosto de 2006, por primera vez en la historia, Castro debió delegar sus funciones en su hermano menor, Raúl, debido a una delicada intervención quirúrgica y a la lenta convalecencia que, tras un año, despertaba todo tipo de rumores sobre la salud y el regreso, o no, del líder al poder.

Tras 46 años de rotas sus relaciones diplomáticas, Cuba y Honduras reestablecieron en marzo de 2007 relaciones bilaterales plenas.

Durante su convalecencia Castro marcó presencia a través de varias columnas publicadas bajo su firma en los diarios Granma y Juventud Rebelde. Las intervenciones por escrito, contrarias a las extensas alocuciones en vivo a los que acostumbró por décadas, avivaron aún más los rumores acerca del deterioro de su salud.