Los primeros habitantes del actual territorio de Letonia fueron tribus nómades de cazadores, pescadores y recolectores que emigraron a las selvas de la costa del Báltico tras la retirada de los últimos glaciares. Alrededor del año 2000 a.C. estos grupos fueron sustituidos por los pueblos bálticos, tribus indoeuropeas que desarrollaron la agricultura y se instalaron de manera permanente en Letonia, Lituania y el este de Prusia.

Los letones son una de las dos ramas principales del antiguo grupo de los pueblos bálticos, que entró en contacto con el Imperio Romano por el comercio del ámbar. Esta actividad, cuyo auge se sitúa en los dos primeros siglos de la era cristiana, fue interrumpida por la expansión de los eslavos hacia Europa central y oriental.

Suecos y rusos se disputaron ese territorio durante los siglos X y XI. En el siglo XII, guerreros y misioneros germanos llegaron a la costa letona, habitada por los livos y que llamaron Livonia. En 1202, el obispo de la región, con permiso de Roma, creó la Orden de los Caballeros de la Espada (ver Estonia).

Antes de convertirse en la Orden de los Caballeros Teutónicos, en 1237, los germanos habían dominado y cristianizado a las tribus de Letonia y Estonia. Los Teutónicos crearon la llamada Confederación de Livonia, formada por estados eclesiásticos, ciudades libres y regiones gobernadas por guerreros.

Cuando Rusia invadió la región, en 1558, para frenar la expansión polaco-lituana, la Orden se desarticuló y Livonia quedó desmembrada. Al final de la Guerra de Livonia, en 1583, Lituania anexó el área situada al norte del río Dvina, la parte sur quedó en manos de Polonia y Suecia retuvo el norte de Estonia. En 1621 Suecia ocupó Riga y Jelgava, para dominar luego Estonia y el norte de Letonia, por la Tregua de Altmark, en 1629.

La región situada al oeste de Riga, sobre el mar Báltico, se organizó como Ducado de Courland y permaneció como súbdito semi-independiente de Polonia. A mediados del siglo XVII, Courland era una potencia naval y comercial en el norte europeo, con veleidades coloniales.

Suecia mantuvo estos territorios hasta la Gran Guerra Nórdica, en la que tuvo que cederlos a Rusia por el Tratado de Nystad. En 1795, luego de los tres repartos de Polonia, Livonia quedó subdividida dentro del Imperio Ruso en tres regiones: Estonia (parte norte de Estonia), Livonia (sur de Estonia y norte de Letonia), y Courland. Durante la Revolución Rusa de 1905, los letones vivieron las primeras acciones de reafirmación nacional.

Los campesinos se levantaron en armas contra sus señores alemanes y los gobernantes rusos. Aunque la rebelión fue aplastada por las tropas zaristas, es considerada el principal antecedente de la guerra de liberación librada 13 años después. Tras la Revolución Rusa de 1917, el Consejo del Pueblo de Letonia proclamó la Independencia el 18 de noviembre de 1918. Se formó un gobierno dirigido por el líder de la Unión Campesina, Karlis Ulmanis.

Lejos de ver respetada de inmediato su voluntad de independencia y soberanía –atacada por tropas alemanas y el Ejército Rojo hasta 1920– Letonia no pudo firmar un tratado de paz con la URSS, por el cual ésta renunció a sus pretensiones territoriales. En 1922 una asamblea constituyente estableció una república parlamentaria. La crisis económica internacional de la década de 1930 y la polarización entre socialistas y pronazis separatistas provocó el colapso del gobierno letón. En 1934 el primer ministro Ulmanis adoptó medidas de excepción y gobernó bajo estado de emergencia hasta 1938.

Al comenzar la Segunda Guerra Mundial, según lo establecido en el acuerdo secreto germano-soviético, Letonia quedaba dentro de la zona de influencia de la URSS (ver Estonia y Lituania). En 1939 Letonia fue obligada a firmar un tratado por el que permitía la instalación de tropas y bases soviéticas en su territorio. Un año más tarde fue invadida por el Ejército Rojo y su nuevo gobierno solicitó la incorporación de la república a la URSS.

En la ofensiva alemana contra la URSS, entre 1941 y 1944, Letonia fue anexada a la provincia alemana de Ostland y su población judía prácticamente eliminada. La liberación de Letonia por el Ejército Rojo significó el restablecimiento del gobierno soviético y la emigración de 65 mil letones hacia Europa occidental.

En 1945 y 1946, unos 105 mil letones fueron deportados hacia Rusia mientras que la resistencia a la colectivización forzosa de la agricultura provocó en 1949 la deportación de alrededor de 70 mil letones, hacia Rusia y Siberia. En 1959 el presidente del Soviet Supremo de Letonia, Karlis Ozolins, fue destituido por liderar una corriente nacionalista.

La resistencia armada letona contra el régimen soviético fue derrotada en forma definitiva en 1952. El ruso se impuso como idioma oficial y se inició una sistemática inmigración rusa, en un intento de Moscú de disminuir la influencia de la población local.

Hasta la década de 1980, la resistencia letona se expresó en acciones más bien aisladas de disidentes políticos y religiosos y en algunas campañas desarrolladas por los exiliados. A partir de 1987 la política de glasnost iniciada por Mijaíl Gorbachov en la URSS dio nuevo aliento a las aspiraciones letonas, expresado en el resurgimiento de los símbolos nacionales prohibidos y los actos políticos.

En octubre de 1988, cerca de 150 mil personas celebraron la constitución del Frente Popular de Letonia (LTF), que reunía a los grupos sociales y políticos recién formados y a militantes comunistas. Un mes después, por primera vez desde la ocupación soviética, cientos de miles de letones conmemoraron el aniversario de la declaración de la independencia. El LTF alcanzó fuerte influencia dentro del gobierno local y también ante las autoridades de Moscú.

Un año más tarde, el Congreso del LTF aprobó la independencia económica y política. Pese a la resistencia de Moscú a la secesión de Letonia, la política del LTF de efectuar los cambios por medios pacíficos, a través de manifestaciones públicas, elecciones libres y decisiones parlamentarias, captó un gran respaldo popular. Letonia pasó a regirse por la Constitución de 1938, vigente hasta la ocupación soviética de 1940.

El 4 de mayo de 1990, junto a la Declaración de Restablecimiento de la Independencia, se resolvió también poner nuevamente en vigencia la Constitución de 1922. En setiembre de 1991 el nuevo Consejo de Estado de la URSS, en su sesión inaugural, reconoció formalmente la independencia de las repúblicas del Báltico.

En junio de 1993 se eligió un nuevo parlamento que designó presidente a Guntis Ulmanis. El inicio del proceso de liberalización provocó un fuerte aumento del desempleo. En 1994 la economía siguía dependiendo de Rusia, su principal proveedor de combustible y primer mercado exportador.

Las elecciones legislativas de setiembre de 1995 no designaron a ningún ganador claro, ya que nueve partidos obtuvieron entre 5% y 16%. Un acuerdo entre el conservador Bloque Nacional y dos partidos de izquierda permitió nombrar primer ministro a Andris Skele en diciembre.

El Partido Popular, con 21,2% de los votos, superó a la Unión Camino Letón, que sumó el 18,1% del electorado, en las elecciones de octubre.

Nueva Era, un nuevo partido de centro-derecha comandado Einars Repše, ganó las parlamentarias de octubre del 2002 e inició conversaciones para formar una coalición con los otros partidos conservadores.

Mediante un referéndum realizado el 20 de setiembre de 2003 se puso a consideración de los ciudadanos el ingreso de Letonia a la Comunidad Europea. El 67% de los habilitados votó a favor del ingreso mientras que un 32,3% lo hizo en contra.

En febrero de 2004, el primer ministro Einars Repše se vio obligado a renunciar, luego de la disolución de la coalición de gobierno en setiembre del año anterior. Una vez finalizado el referéndum que decidió el ingreso de Letonia a la Comunidad Europea, tres de los cuatro partidos de la coalición acusaron a Repše de gobernar «basándose en la extorsión, amenazas y mentiras». La presidenta Vaira Vîke-Freiberga nombró como nuevo primer ministro a Indulis Emsis, de la Alianza Unión de Campesinos-Partido Verde.

Letonia fue admitida en la Organización del Tratado del Atlántico Norte en marzo de 2004 y el 1º de mayo ingresó a la UE.

El Parlamento rechazó, en octubre, el proyecto de presupuesto presentado por la nueva coalición de gobierno en minoría, liderada por Indulis Emsis. Tras la votación parlamentaria, Emsis se vio obligado a renunciar. A fines de noviembre, Vike-Freiberga nombró a Aigars Kalvitis como nuevo primer ministro.

El presidente del Estados Unidos, George W. Bush, visitó Riga en mayo de 2005. Ese mes, la presidenta Vike-Freiberga fue el único jefe de los estados bálticos que asistió a las celebraciones del Día de la Victoria en Moscú.

El Parlamento ratificó por 70 votos contra cinco el texto de Constitución de la UE, en junio de 2005. El ministro de relaciones exteriores, Artis Pabriks, dijo que la Constitución europea no estaba muerta pese al rechazo de Francia y Holanda –dos de los fundadores del bloque–. En octubre, renunció el ministro del interior, debido a desacuerdos con el gobierno por el presupuesto destinado a la policía y los servicios de emergencia. En diciembre, en medio de investigaciones criminales sobre sus negocios personales, renunció el ministro de defensa –y antiguo primer ministro–, Repše.

A comienzos de 2006, Letonia seguía intentando restablecer su identidad lingüística tras los años de ocupación soviética, cuando era obligatorio utilizar el idioma ruso.

El parlamento eligió, en julio de 2007, a Valdis Zatler como nuevo presidente. Zatler recibió el apoyo de la coalición, conformada por 4 partidos de centro derecha, que venía gobernando el país.