Los primeros registros de civilización birmana datan del siglo XI, cuando los birmanos fundaron el reino de Pagan.
Los dos siglos siguientes constituyeron la «edad de oro» del pensamiento y la arquitectura birmanas. Los mongoles atacaron desde el norte con ayuda del Gran Khan de Pekín. La invasión de los mongoles culminó en 1283 y se mantuvo hasta 1301.
Birmania permaneció fragmentado en pequeños estados –de base étnica– hasta el siglo XVI, cuando los reyes de Toungoo consiguieron unificar el territorio nuevamente. El segundo de estos gobernantes, Bayinnaung, extendió su poder hasta parte de los actuales Laos y Tailandia, llevando al país a su máxima expansión.
En 1740 fue otra vez un rey de Toungoo quien recompuso la unidad del país con apoyo de los ingleses. Pero cuando sus sucesores continuaron con el proyecto de reconstrucción nacional chocaron con los intereses británicos y se vieron enfrentados a sus ex aliados europeos. Hubo tres guerras entre birmanos e ingleses en el siglo XIX; como resultado de la última (1885–86), Birmania fue anexada al virreinato de la India y permaneció allí hasta 1937.
En los años siguientes a 1930 surgieron movimientos nacionalistas: el del monje budista U Ottama, el intento de Saya San de restaurar la monarquía; y los organizados en la Universidad de Rangún, que combinaban budismo y marxismo.
El colapso del mercado internacional del arroz, en 1930, y los elevados impuestos, llevaron a miles de campesinos a la ruina. El descontento se tradujo en rebeliones populares en 1938 y 1939.
Al comenzar la Segunda Guerra Mundial, un grupo de militantes anticolonialistas conocido como «los 30 camaradas», liderado por Aung San, formó el Ejército Independentista Birmano (BIA), que luchó contra los ingleses junto a los japonesas y entró con ellos a la capital, en 1943. Las minorías –karens, kachins y chins– organizaron guerrillas apoyadas por Inglaterra, para combatir al BIA y a los japoneses.
Los japoneses concedieron la independencia a Birmania el 1º de agosto de 1943, pero pronto estallaron las fricciones entre los japoneses y el ala socialista de los «30 camaradas». El 27 de marzo de 1945 el BIA declaró la guerra a Japón y fue reconocido por los británicos como Ejército Patriota Birmano. El 30 de mayo volvieron a entrar victoriosos a Rangún, esta vez al lado de los ingleses. Aung San fue electo presidente en 1946. Organizó un gobierno de transición y, en 1947, se redactó una Constitución. El 19 de junio un comando militar asesinó a Aung San y varios colaboradores. U Nu asumió el cargo de primer ministro y el 4 de enero de 1948 se proclamó la independencia.
El nuevo gobierno debió enfrentar la rebelión de las minorías étnicas, la presencia de fuerzas militares del Kuomintang chino, y la lucha armada de la Organización de los Voluntarios del Pueblo, vinculada al Partido Comunista.
En 1962, el general Ne Win derribó al gobierno por vía de un golpe de Estado e instaló un consejo militar revolucionario. Nacionalizó la banca, la industria arrocera y el comercio.
En 1972 una nueva Constitución confirmó al oficialista Partido del Programa Socialista de Birmania (PPSB) como única organización política legal.
El deterioro socioeconómico provocó protestas y peticiones de democratización en 1987. Un congreso del PPSB designó jefe de Estado a Sein Lwin, lo que provocó nuevas propuestas que fueron reprimidas por el gobierno. Lwin tuvo que renunciar a los 17 días de haber asumido. El sustituto, Maung Maung, liberalizó el régimen.
Tras un nuevo golpe, en 1988 el ejército formó el Consejo de Restauración de la Ley y el Orden (CRLO), que prometió la realización de elecciones libres; pero, entretanto, anunció un estado de emergencia y suspendió la Constitución. También cambió el nombre del país por Unión de Myanmar –Birmania alude sólo a la etnia mayoritaria– y abandonó la designación de «socialista».
La Liga Nacional para la Democracia (LND) obtuvo una arrolladora victoria en las elecciones de 1990, con 80% de los votos, mientras que el oficialista Partido de la Unidad Nacional (ex PPSB) sólo retuvo 10 de los 485 escaños. El gobierno desconoció el resultado de las elecciones, prohibió a la oposición, encarceló o desterró a sus líderes y reprimió las manifestaciones.
En julio de 1989 la líder de la LND, Aung San Suu Kyi (Premio Nóbel de la Paz e hija del héroe anticolonialista Aung San) fue condenada a prisión domiciliaria.
La base opositora se reorganizó mediante un acuerdo entre estudiantes, monjes budistas y algunas minorías. Todos los partidos de oposición fueron disueltos e ilegalizados.
En abril asumió el poder el general Than Swe, quien liberó a 200 disidentes y autorizó la apertura de 31 universidades y escuelas. En setiembre se anunció la suspensión de la Ley Marcial.
Un artículo de la nueva Constitución de 1994 determinó que los candidatos a la presidencia debían haber vivido en el país los últimos 20 años, no podían estar casados con extranjeros ni tener hijos con ciudadanía extranjera. La norma se aplicó a Suu Kyi, casada con un ciudadano británico y con años de radicación en el exterior.
En julio de 1995, Suu Kyi fue liberada y llamó al Consejo de Restauración de la Ley del Estado y el Orden (CRLEO) a dialogar. El CRLEO se negó, encarceló disidentes y mantuvo las prohibiciones sobre debates políticos.
La caída, a inicios de 1996, de Manerplaw, el cuartel de la minoría rebelde, fue una derrota importante para la oposición, porque también era base para las actividades de otros grupos opositores. En enero, la junta militar logró, a través de un acuerdo secreto, la rendición de Khun Sa, conocido como «rey del opio». Luego, el régimen aprobó una ley que prohibía las reuniones políticas de la LND y restringió la libertad de movimientos de Suu Kyi.
Sometido a crecientes presiones internacionales, sobre todo de Estados Unidos y la Unión Europea, el CRLEO permitió a la LND realizar su primer congreso después de siete años, aunque solo autorizó la presencia de la mitad de sus delegados. A fines de año, la junta militar se autodisolvió y nombró en su lugar a un Consejo de Estado de Paz y Desarrollo (SPDC), pero este cambio fue puramente cosmético y no logró disimular la permanencia del régimen militar. En julio, por influencia de sus vecinos India y China, Myanmar había sido admitido como miembro de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).
En mayo de 2002, tras 19 meses de prisión domiciliaria, fue liberada Suu Kyi y restituidos sus derechos de participar en la actividad política, lo que se interpretó como el inicio de un proceso de transición democrática. Naciones Unidas intervino activamente como mediador y, como cuestión inmediata, se planteó la liberación
Luego de haber sido nombrado primer ministro en agosto de 2003, Khin Nyunt promovió una reforma de la Constitución, de carácter más liberal, el restablecimiento de la Convención Nacional, suspendida desde 1996, y el desarrollo de un «mapa de ruta» determinado a alcanzar los principios democráticos.
En enero de 2004, el gobierno y la Unión Nacional de Karen (grupo guerrillero, representante de la etnia karen) llegaron a un acuerdo para terminar con las hostilidades. En abril, Suu Kyi seguía en «custodia protectora». Luego de una suspensión de nueve años, la Convención Nacional fue convocada en mayo, pese al boicot de la LND.
El tsunami que devastó Asia del Sur en diciembre de 2004 dejó más de 50 muertos y una veintena de desaparecidos, aunque algunas organizaciones de ayuda temían que el número de víctimas fuera mucho mayor.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), habiendo estimado en unas 800 mil las víctimas de trabajo forzoso en Myanmar, recomendó formalmente, en marzo de 2005, la imposición de sanciones al país. La OIT resolvió exhortar a «gobiernos, empleadores y trabajadores, así como a agencias internacionales» a revisar sus relaciones con Myanmar y a adoptar las acciones que considerasen «necesarias» para sancionar al régimen por sus violaciones de los derechos laborales. Un mes antes, Than Shwe había evitado reunirse con una misión de alto nivel de la OIT de visita en Rangún.
Rangún se lamentó de que la OIT fuera usada por algunos países para presionar el régimen de Myanmar y aseguró que se hacían los máximos esfuerzos por terminar con el trabajo forzoso. El ejército del país –el segundo en tamaño de Asia, con casi 400 mil efectivos– era el principal empleador de esta mano de obra.
La ASEAN rechazó, en julio de 2005, la postulación de Myanmar para asumir la presidencia del bloque en 2006.
En mayo de 2007, el gobierno militar prorrogó el arresto domiciliario de Suu Kyi por un año más. Si bien la orden era algo esperada, ya que en Myanmar el arresto domiciliario debe renovarse cada 12 meses, su noticia despertó las críticas de líderes políticos de todo el mundo y de Naciones Unidas.