Los mongoles constituyen una de las principales etnias del norte y el oriente de Asia, formada por un conjunto de pueblos que poseen lazos culturales y una lengua en común. Los dialectos varían de una a otra zona de la región donde habitan, pero pocos son incomprensibles para un mongol.

La descendencia de un antepasado masculino daba su nombre a la familia o clan, aunque hay pruebas de que existió una tradición anterior, en la que la línea hereditaria era femenina. El casamiento entre miembros del mismo clan estaba prohibido y daba lugar a que se establecieran alianzas de clanes, que formaban tribus.

Aun cuando realizaron algunos cultivos, los mongoles eran, en su gran mayoría, nómades. Los animales eran propiedad individual y el campo propiedad colectiva de la tribu.

Los clanes más poderosos tendían a controlar las actividades de la tribu. Las familias más débiles conservaban sus autoridades y la propiedad sobre sus animales, pero debían pagar un tributo al clan dominante.

La organización política y militar estaba adaptada a la forma del clan y de la tribu. Un hombre en condiciones de manejar un arma era jefe o soldado, según las necesidades del momento. La captura de ganado, mujeres y prisioneros de otras tribus era un método de enriquecimiento.

La historia de los mongoles oscila entre esos períodos de concentración y otros de dispersión tribal. Los hsiung-nu o hunos fueron los primeros habitantes de los valles del Selenga, que unen Siberia con el corazón de Asia. Se estima que llegaron a la región por lo menos cuatro siglos a.C.

Los hunos crearon un gran imperio tribal en Mongolia cuando China estaba siendo unificada como Estado imperial bajo las dinastías Chin y Han (221 a.C.-220 d.C.). El imperio de los hunos guerreó durante siglos con China y se desintegró en el siglo IV.

Algunas de las tribus del sur se rindieron a China y se establecieron en su territorio, donde terminaron por ser absorbidas, mientras otras emigraron para el oeste. En el siglo V, los hunos de Atila sometieron a casi toda Europa, y llegaron hasta las Galias y la península italiana.

Los hunos fueron sustituidos por pueblos turcos, que se establecieron en toda la región. En esa época, la organización social no estaba constituida sólo por las tribus nómades. Los grandes jefes se instalaron en cuarteles generales, rodeados por tierras cultivadas, que les permitían criar caballos más grandes y fuertes, capaces de cargar un guerrero con armadura.

Así aumentó la diferencia entre el aristócrata y el arquero tradicional de la tribu, que andaba en un caballo más pequeño. La agricultura también pasó a ocupar un lugar de importancia en la economía.

El nombre mongol apareció por primera vez en un registro de las diversas tribus hecho durante la dinastía china T'ang y luego desapareció hasta el siglo XI, cuando los kidan pasaron a reinar en Manchuria y el norte de China, controlando casi todo el territorio de la Mongolia actual.

Los kidan establecieron la dinastía china de Liao (907-1125) y gobernaron Mongolia manteniendo divididas entre sí a las tribus.

Los kidan fueron sucedidos por los juchen y éstos por los tártaros, antes de la era de Genghis Khan (Temujin). Nacido en 1162, Temujin heredó varios feudos que habían sido quitados a su familia.

En 1206, gracias a su capacidad política y militar, Temujin fue reconocido jefe de todos los mongoles con el título de Genghis Khan. De ahí en adelante, sus ejércitos invadieron el norte de China y llegaron a Pekín. En 1215, el Imperio Mongol se extendía hasta el Tíbet y el Turkistán.

En 1227, al morir Genghis Khan, el imperio mongol se desintegró por las disputas entre sus sucesores, hasta que el trono de China quedó en manos de la Dinastía Ming, lo que ocurrió en 1368. China invadió Mongolia e incendió Karakorum, anterior capital imperial, pero no pudo controlar el territorio.

En los siglos XV y XVI, la posibilidad de mantener el control fuera de la Gran Muralla China exigía la movilidad militar de los nómades.

Desde el lejano oeste de Mongolia, los oyrat comenzaron a dominar el territorio. Conquistaron algunos oasis en Sinkiang y en la región del Tíbet y aportaron a la organización tribal de los mongoles su experiencia mercantil y administrativa.

En esta etapa se inició la separación entre los oyrat y los jaljas, cuyo cuerpo principal formaría después la Mongolia Exterior. Los jaljas en el norte y los sajares en el sur mantuvieron una liga tribal, mientras la sucesión pasó para los ordos, bajo el reinado de Altan Khan (1543-83).

Para preservar su poder, los príncipes mongoles percibieron la ventaja de contar con una ideología religiosa, pero como el uso del chino entrañaba el peligro de que ese imperio los absorbiera, adoptaron el sistema budista tibetano, con el cual ese riesgo no existía y cuya escritura era más accesible.

Altan Khan invitó entonces a un prelado del Tíbet, que los mongoles llamaron Dalai Lama. La unificación de los intereses religiosos con el Estado se hizo mediante la designación de un heredero del clan de los jaljas como primera «reencarnación» del Buda Viviente de Urga.

En 1644, después de consolidar su poder en Manchuria, los manchúes conquistaron el trono de China, aliados con tribus mongolas. Antes de ocupar Pekín, los manchúes tenían el control de la región sur de Mongolia, que desde entonces fue conocida como Mongolia Interior.

La conquista de la Mongolia Exterior, por parte de China, implicó casi un siglo de enfrentamientos. Por esa razón, ambas regiones tuvieron un desarrollo diferente; la Interior se integró a China y el interés de los jaljas, por conservar su poder en el sur hizo fracasar la tentativa de los oyrat de reunificar Mongolia.

Este fue el período final de las grandes guerras entre los mongoles y culminó en una dispersión general. Varios grupos jaljas permanecieron en el sur, unos pocos chahares se establecieron en Sinkiang, los oyrat se dispersaron en varias direcciones, incluso dentro de la Rusia zarista.

En la Guerra Ruso-Japonesa de 1904-1905, ambos ejércitos usaron soldados mongoles. Con respecto a los intereses de Japón, un renacimiento del nacionalismo mongol podía debilitar a Rusia y China. Al final de la guerra, Rusia reconoció en secreto la Mongolia Interior como zona de influencia de Japón.

Al estallar la Revolución China de 1911, existía un descontento general en Mongolia. Hasta entonces a la región no se la veía sino como objeto de las disputas entre Rusia y Japón, pero el descontento de los mongoles era de orden social y político, contra los manchúes y el gobierno local.

Dirigidos por su líder budista, los mongoles proclamaron su independencia de China y buscaron el apoyo de Rusia que, por los tratados secretos con Japón e Inglaterra, no podía aceptar más que el otorgamiento de una «autonomía». Tras arduas negociaciones, eso fue cuanto se concedió a la Mongolia Exterior.

Esa situación se prolongó hasta la Revolución Rusa de 1917. China envió un contingente militar e hizo firmar a los mongoles un pedido de ayuda a Pekín. Pero la región fue invadida por tropas zaristas en retirada, que expulsaron a los chinos y trataron duramente a los mongoles.

En medio del desprestigio de los líderes tradicionales, por sus errores en el manejo de la intervención china y de las incursiones de los rusos «blancos», algunos grupos revolucionarios mongoles pidieron ayuda a los bolcheviques. Una columna ruso-mongola tomó la capital, Urga, en julio de 1921.

Ese fue considerado el inicio de la república, aunque se instauró primero una monarquía encabezada por el Buda Viviente, con autoridad sólo para promulgar los actos del nuevo régimen. Tras el fallecimiento del líder religioso, en 1924 se proclamó la República Popular de Mongolia (RPM).

El Partido Popular Revolucionario (PPR), compuesto por conservadores y nacionalistas revolucionarios, osciló entre Pekín y Moscú hasta la derrota de la Revolución China por Chiang Kai-Shek, cuando empezó a recibir una influencia cada vez mayor de la URSS, ya bajo la dirección de Josef Stalin.

La nueva república proclamó el derecho de las mujeres al voto.

De acuerdo al modelo de la URSS, el gobierno del PPR pretendió colectivizar la economía, para destruir el poderío de los señores feudales y de los sacerdotes budistas. Entre 1936 y 1938, el régimen mongol depuró las filas del partido y del ejército, condenando a muerte a numerosos líderes.

En 1939, Japón invadió el noreste de Mongolia, en dirección a Siberia. Las tropas mongolas resistieron ferozmente hasta que llegaron los refuerzos soviéticos.

La derrota japonesa fue un severo golpe para el eje Berlín-Tokio. Mongolia y la URSS actuaron juntas en la campaña militar que se efectuó en Mongolia Interior y Manchuria, dos semanas antes del fin de la Segunda Guerra Mundial.

Como parte de los acuerdos de Yalta, Chiang Kai-shek aceptó realizar un plebiscito en Mongolia. El resultado fue favorable a la independencia, pero no recibió reconocimiento diplomático. En 1961, se aceptó el ingreso de Mongolia a la ONU.

En 1960, Ulan Bator acusó al gobierno chino de maltratar a la población mongola y de buscar expandirse a costa de su territorio.

Las tensiones perduraron hasta 1986, cuando el vicecanciller chino visitó Mongolia y se restablecieron las relaciones consulares y comerciales.

En marzo de 1988, China y Mongolia firmaron el primer tratado para delimitar su frontera común que se extiende a lo largo de 4.655 kilómetros. Un año más tarde, durante la visita que realizó el canciller mongol, Tserenpyliym Gombasuren –la primera en 40 años– las relaciones entre ambos países se normalizaron completamente.

En 1989, como parte de la perestroika soviética, Moscú anunció que retiraría las tres cuartas partes de sus tropas en 1990. Poco después, ambos gobiernos acordaron la retirada de todos los efectivos y equipos militares soviéticos, para fines de 1992.

En forma paralela, la dirección del PPR admitió que las reformas sociales y económicas no resultaban satisfactorias. El partido dirigente adoptó cambios en las elecciones internas, en un sentido más democrático.

En los años 1989 y 1990, algunos grupos opositores empezaron a manifestarse. Uno de los más activos, la Unión Democrática de Mongolia, fue reconocido en forma oficial en enero de 1990. En marzo de ese año, el recrudecimiento de las acciones públicas en contra del gobierno provocaron una nueva crisis en el PPR.

Entre otros cambios, el parlamento aprobó una enmienda constitucional por la cual se retiró la referencia al PPR como «fuerza motriz» de la sociedad y se aprobó una nueva legislación electoral, aunque no se incorporó nada nuevo en lo referente a la actuación de los partidos políticos.

La figura legendaria de Genghis Khan, nombre que estuvo prohibido pronunciar durante largos años, ha comenzado también a ser rehabilitada como una expresión auténtica del orgullo y tradición mongolas, hasta entonces condenadas como expresión de un estrecho «nacionalismo».

A pesar de los 65 años de ayuda soviética, Mongolia tiene una economía que conserva rasgos del nomadismo junto a una urbanización incipiente. Una buena parte de la población de Ulan Bator vive en carpas, con electricidad y un sistema de agua abastecido por una bomba común.

En el primer trimestre de 1991, Mongolia registró una reducción sustancial en el comercio exterior. Se agudizó la escasez de alimentos, de medicamentos y combustible y la moneda fue devaluada. Los ingresos del gobierno decrecieron abruptamente, mientras los gastos aumentaron en forma constante.

En mayo del mismo año, el primer ministro Dashiyn Byambasuren, anunció el inicio de una política de estímulo a las inversiones extranjeras y la apertura de una bolsa nacional de valores, junto con la privatización de las dos terceras partes de los bienes estatales, la eliminación del sistema de regulación de los precios y cambios en el sistema bancario.

En diciembre de 1991, el presidente del Banco Central de Mongolia, Zhargalsaikhan, junto con un grupo de nuevos inversionistas, fueron detenidos por haber dilapidado 82 millones de dólares, suma que significaba una importante pérdida en las reservas del país. Al mismo tiempo, el viceprimer ministro Dabaadorjiyn Ganbold fue acusado de autorizar en secreto, la transferencia de 4.400 kilos de oro a una filial de la compañía inglesa Goldman Sachs, como aval de un préstamo de 46 millones de dólares dirigido a cubrir pérdidas.

En 1992, el parlamento mongol aprobó el proyecto de reforma constitucional presentado por el gobierno, por el que se adoptó el nombre oficial de República de Mongolia, en eliminación del término «Popular», y se instauró un régimen democrático pluralista que sustituyó al sistema socialista vigente hasta entonces.

Derrotada en las elecciones legislativas de junio –que dieron una holgada mayoría de escaños al Partido Popular Revolucionario, en el gobierno–, la oposición se convirtió en el Partido Nacional Democrático mongol (PNDM). Los socialdemócratas prefirieron permanecer independientes.

La retirada de las tropas rusas, iniciada en 1987, se completó en 1992. Mientras tanto, Otchirbat se acercó al PNDM y el PSD para preparar los comicios presidenciales de junio de 1993. Gracias a ambos grupos, antes ubicados en la oposición, el presidente saliente fue reelecto con casi 58% de los votos y anunció la «occidentalización» de la economía.

Sin embargo, a lo largo del año 1994 los desacuerdos entre Otchirbat y la mayoría ex comunista en el parlamento se agudizaron. Según estimaciones oficiales, 26,5% de la población carecía del mínimo necesario para subsistir.

La victoria de la Coalición de Unión Democrática (CUD), una coalición formada por el Partido Social-Demócrata y el Partido Nacional Democrático Mongol, en los comicios parlamentarios de junio de 1996, significó el fin del dominio comunista. La CUD obtuvo 50 de los 76 cargos, mientras que los ex comunistas pasaron de 70 a 25 escaños. En julio, el parlamento nombró a Mendsayhany Enkhsaikhan como primer ministro.

Tras la elección, el gobierno inició un plan de reformas tendientes a introducir con rapidez la economía de mercado. Este proceso, que tuvo un alto costo en el plano social, ya que aumentaron el desempleo y la pobreza, se sumó a los perjuicios ocasionados por la falta de asistencia técnica y económica, como consecuencia de la desaparición de la URSS.

En mayo de 1997, Natsagiyn Bagabandi, del Partido Popular Revolucionario Mongol, ganó la elección presidencial con 60,8% de los votos. El presidente Punsalmaagiyn Otchirbat, candidato a la reelección por la CUD, obtuvo 29,8%. El resultado fue interpretado como un voto castigo contra la «terapia de choque» aplicada para transitar hacia una economía liberal.

Una ley introducida en junio de 1998 exigió el uso de apellidos en documentos legales. La nueva legislación, que respondía a exigencias de la modernización y de una mayor integración con el resto del mundo, causó confusión y preocupación entre los habitantes. Por siglos, la mayor parte de la población ha estado constituida por pastores nómades, en pequeños núcleos en los cuales los apellidos eran irrelevantes.

La incapacidad para enfrentar la crisis económica y las fuertes críticas provocaron la renuncia del gobierno, que fue sustituido por un nuevo gabinete encabezado por Janlaviin Narantsatsralt. Siete meses más tarde, en julio de 1999, debido a una disputa relativa a la privatización de una mina de cobre de la que Mongolia era copropietaria con Rusia, Narantsatsralt y sus diez ministros renunciaron. El parlamento designó a un nuevo miembro de la CUD, el economista Rinchinnyamiin Amarjargal, como premier.

Las condiciones de vida empeoraron sensiblemente a causa del invierno de 2000, el más frío en 55 años. El gobierno declaró a más de la mitad del país zona de catástrofe. Más de dos millones de cabezas de ganado se perdieron, el equivalente a 1.650 millones de dólares.

En las elecciones legislativas de julio de 2000 resultó electo el PPRM, con 72 escaños, de un total de 76.

El invierno de 2001 fue aún más severo que el anterior, con fuertes ventiscas y temperaturas por debajo de los 50°C. Se perdieron 6 millones de cabezas de ganado. Tanto China como la Cruz Roja Internacional y Naciones Unidas hicieron un llamado de apoyo para las 75 mil familias afectadas, especialmente los miles de pastores cuya supervivencia depende casi exclusivamente de sus rebaños.

En 2001 el FMI aprobó un préstamo a tres años, con bajo interés, de 40 millones de dólares, para invertir en planes sociales, la lucha contra la pobreza y el crecimiento económico.

En noviembre de 2002, más de 50 manifestantes miembros del Partido Democrático (PD) fueron detenidos mientras protestaban por la ley de privatización de la tierra, que alcanzaba 1% del territorio mongol. Dicha ley entró en vigencia en mayo de 2003.

En enero de 2004 se instauró, luego de dos años de negociaciones, una nueva política laboral que permite a los mongoles insertarse en el mercado de trabajo taiwanés. El mismo mes, 300 millones de dólares de deuda con Rusia fueron perdonados por Moscú.

En las parlamentarias de junio, la opositora Coalición Democrática surgió como la gran vencedora –con 36 de los 76 escaños–. Los cuarenta restantes fueron conquistados por el gobernante PPRM, aunque no pudo repetir los resultados de 2000, en gran parte por su ineficacia en el combate a la pobreza. Tsakhiagiin Elbegdorj –de la Coalición Democrática– fue designado primer ministro en agosto, tras largas negociaciones.

Nambaryn Enkhbayar, candidato del ex Partido Comunista, ganó las presidenciales de mayo de 2005. La gran paridad de las parlamentarias del mes siguiente, que obligó a formar un gobierno de coalición, otorgó mayor influencia a la gestión presidencial –normalmente ceremonial–.

George W. Bush se transformó, en noviembre de 2005, en el primer presidente estadounidense en visitar Mongolia. En su encuentro con Enkhbayar, Bush agradeció el apoyo de Mongolia a la invasión de Irak, así como el envío de algo más de 100 efectivos a aquel país.

El PPRM desmanteló la coalición de gobierno, en enero de 2006, y continuó gobernando con el apoyo de los partidos minoritarios, tras la designación de Miyeegombo Enkhbold, del PPRM, como nuevo primer ministro. Los miembros del opositor PD acusaron al PPRM de generar una crisis política con el fin de parar las investigaciones de corrupción que la coalición estaba llevando adelante.

En mayo, los partidos minoritarios –Movimiento para una Sociedad Saludable, Partido Verde, Partido Popular y Partido de la Voluntar Civil– protestaron enérgicamente frente a la Casa de Gobierno, por la nueva integración del Comité de Elección, íntegramente formado por representantes del PPRM y el PD. Los manifestantes corearon eslóganes como: «¿ganó el PPRM las elecciones de 2004?» y «el PPRM debería detener su visión anarquista».

Para 2007, casi dos décadas después de la caída del comunismo, si bien la economía ha crecido notoriamente, las riquezas no se repartían, incrementando la brecha entre ricos y pobres año a año. Las protestas contra el gobierno para que realizara cambios efectivos se daban casi a diario. La migración del campo a las ciudades, en busca de oportunidades de empleo y mejor calidad de vida se hizo insostenible, y casi la mitad de la población vivía por debajo de la línea de pobreza.