Niue fue poblada por samoanos y tonganos. El capitán James Cook la visitó en 1774 y la bautizó «Isla Salvaje». La fama de ferocidad de los niuanos mantuvo alejados a los misioneros (la primera misión permanente en la isla data de 1861) y a los traficantes de esclavos que causaron gran sufrimiento a otras zonas del Pacífico. No obstante, sí hubo emigración voluntaria hacia las minas de fosfato de la región, iniciando un movimiento que continúa hasta hoy. En 1900 la isla fue declarada protectorado británico y en 1901 fue anexada por Nueva Zelandia. Fue administrada junto con las Islas Cook hasta 1904, cuando se separó para constituir una posesión aislada. En 1974 se convirtió en Territorio Asociado con Nueva Zelandia. Las Naciones Unidas reconocieron esa decisión como legítima y eliminaron el «caso Niue» de la agenda del Comité de Descolonización.

En abril de 1989 el gobierno del primer ministro Robert Rex fue acusado de malversar fondos de ayuda económica recibidos de Nueva Zelandia. Pese a ello la oposición no contó en el Parlamento con los votos necesarios para aprobar una moción de censura.

Nueva Zelandia anunció en 1991 una reducción de la ayuda financiera. Durante 1992, Niue y Australia entablaron vínculos diplomáticos.

Debido a la migración hacia Aotearoa/Nueva Zelandia, el número de habitantes de la isla se ha ido reduciendo constantemente desde 1966. En aquel entonces, cuando la población alcanzó su pico más alto, el número de habitantes era de 5.200; poco más de cuatro décadas después, en 2007, los habitantes sumaban 1.492.