La isla, ubicada en el Pacífico central, fue poblada por migraciones de pueblos polinesios, micronesios y melanesios (ver cuadro «Melanesios y Polinesios»). El navegante inglés John Fearn fue el primer europeo en llegar a la isla, bautizándola Isla Placentera. Barcos balleneros la visitaban durante el siglo XIX. En 1888, fue anexada por el Segundo Reich alemán.

En 1900 el australiano Albert Ellis encontró fosfato en una piedra de la isla. En 1905 una empresa anglo-alemana comenzó a explotar el mineral.

Al finalizar la Primera Guerra Mundial, Naurú fue declarado fideicomiso de Australia. Durante la Segunda Guerra Mundial Naurú pasó a ser parte del Imperio Japonés y más de mil nativos fueron deportados a Truk (en la actual Micronesia), desde donde sólo 60% pudo sobrevivir a los trabajos forzados y regresar, al culminar el conflicto. La isla volvió a dominio australiano y se reanudó la explotación minera.

Pescadores por tradición, los nauruanos no se adaptaron bien a la minería, siendo sustituidos por inmigrantes, en su mayoría de origen chino. En 1964 el gobierno australiano sugirió a los nauruanos trasladarse a otra isla o a Australia. Los nativos se negaron y reclamaron la autonomía, además del cese de la explotación indiscriminada de fosfato.

La nacionalización de la explotación minera en 1967 generó un enorme incremento del ingreso per cápita. Naurú se declaró independiente el 31 de enero de 1968. Un año después se convirtió en miembro del Commonwealth.

Hammer De Roburt dominó la escena política del país desde la independencia hasta 1976, período en el que gobernó ininterrumpidamente. En ese año perdió la mayoría frente a Bernard Dowiyogo, del Partido Naurú. En 1978 De Roburt volvió a la presidencia, cargo en el que fue confirmado entre 1980 y 1986.

Naurú estableció relaciones diplomáticas con Taiwán en 1980.

El segundo gobierno de Bernard Dowiyogo inició, en 1989, un juicio contra el Estado australiano por la indiscriminada explotación de las minas de fosfato durante 50 años. En 1991 Australia reconoció el reclamo. Gran Bretaña y Aotearoa/Nueva Zelandia se comprometieron a colaborar con Australia para el pago de unos 100 millones de dólares a Naurú.

En diciembre de 1997, el presidente Godfrey Clodumar restableció relaciones diplomáticas con Francia, suspendidas dos años antes en protesta por las pruebas nucleares en la Polinesia Francesa, al tiempo que exigió la disminución de la producción de gases que provocan el efecto invernadero y amenazan hacer desaparecer a Naurú bajo las aguas.

Malas inversiones del gobierno de Dowiyogo llevaron, en abril de 1999, a René Harris a la presidencia. En setiembre, Naurú ingresó a las Naciones Unidas.

Ese mismo año, el Grupo de Acción Financiera Internacional contra el Lavado de Dinero (GAFI) aplicó «contramedidas» a Naurú por no haber cumplido su compromiso de fortalecer su legislación anti-lavado de dinero, y lo colocó en su lista de países y territorios no cooperadores. De la lista sería borrado en 2005.

Ludwig Scotty fue electo presidente en mayo de 2003, pero poco tiempo después recibió el voto de desconfianza del Parlamento. En agosto, René Harris fue nuevamente electo para la presidencia.

En junio de 2004, el Parlamento votó el retiro de la confianza a Harris, y Scotty fue electo de nuevo presidente.

Naurú acordó en mayo de 2005 restaurar sus vínculos diplomáticos con Taiwán, interrumpidos desde 2002. Con esto, la isla incurrió en el enojo de China, que declaró que las motivaciones de Naurú se reducían a las «ganancias materiales». En diciembre de ese año, luego de que el país no lograra pagar préstamos adeudados, la única aeronave de Naurú volvió a posesión de un banco de Estados Unidos.

Un informe de la Organización Mundial de la Salud señaló en febrero de 2006 que una epidemia de diabetes asolaba Asia y continuaría haciéndolo en las siguientes dos décadas. El informe especificaba que Naurú tenía la más alta tasa de prevalencia de la enfermedad en el mundo.

Como las reservas de fosfato están prácticamente agotadas, cada vez más habitantes de la isla han debido recurrir a la agricultura de subsistencia y la pesca. El país es cada vez más dependiente de la ayuda australiana y del dinero que recibe por albergar el polémico campo de refugiados.

Más de ochenta refugiados de Sri Lanka fueron enviados por Australia al campo de refugiados en marzo de 2007, luego de que el gobierno de Canberra no lograra llegar a un acuerdo con el de Jakarta, Indonesia, para enviarlos a aquel país.