Hasta comienzos del siglo XVI d.C. la isla estuvo deshabitada. Así la encontraron los árabes, que la denominaron Diva Margabin en 1502. Más tarde, en 1513, los navegantes portugueses la llamaron Isla Santa Apolonia. Al llegar los colonos franceses en 1600 la nombraron de Borbón y tras la Revolución Francesa adquirió su actual denominación: Reunión.

El régimen colonial francés puso fin a la agricultura de subsistencia, que fue sustituida por productos exportables: caña de azúcar y café, explotados con mano de obra esclava. Los recursos pesqueros de la isla fueron diezmados por la captura indiscriminada de distintas especies. A partir del siglo XIX, la isla fue una importante base militar francesa en el Índico, junto a otras posesiones como Djibouti y las islas Comoras.

En 1946, Francia designó a Reunión como Departamento de Ultramar. En ese tiempo, la izquierda promovió la departamentalización, tanto en Francia como en Reunión, dado que los comunistas eran parte del gobierno de París tras la derrota nazi en Europa. La burguesía local y los colonos franceses defendían la integración de Reunión al territorio metropolitano.

Los cambios políticos de Francia, con el ascenso de gobiernos conservadores, realinearon las fuerzas en la isla. Los sectores vinculados a los intereses coloniales defendieron la departamentalización, mientras que el Partido Comunista de Reunión (PCR) cambió de posición e inició, en 1959, una campaña por la autonomía parcial. El cambio de línea aisló al PCR durante diez años, en los que sostuvo la tesis de una independencia gradual.

En 1978, la ONU se pronunció por la independencia plena de la isla. El debate entre la colonia y la metrópoli se convirtió en asunto internacional. Ese año, en el encuentro de movimientos anticolonialistas y antiimperialistas del Océano Índico, se creó el Comité Permanente de Vinculación para formar un frente contra la dominación extranjera. En 1979, en las elecciones del Parlamento Europeo, Paul Vergés, líder del PCR, lanzó la tesis del bicolonialismo, denunciando que Reunión, además de estar dominada por Francia, era sometida a los intereses de la Comunidad Económica Europea.

La explosión demográfica de la isla, cuya población aumentó 20% en diez años, derivó en crisis productiva y desempleo. Los disturbios callejeros se hicieron frecuentes, a medida que la situación social se deterioraba. En 1991, ocho personas murieron en choques con la policía, en protesta por el cierre del canal de televisión «pirata» Telé Free-DOM, dirigido por Camille Sudre. Sudre (francés radicado en Reunión) ganó las elecciones regionales de 1992: apoyado por el PCR fue una de las dos autoridades ejecutivas principales de la isla.

El máximo tribunal francés anuló los comicios por presuntas irregularidades y prohibió a Sudre volver a presentarse. En los comicios regionales de 1993, triunfó la «lista Free-DOM», encabezada por Marguerite Sudre, esposa de Camille.

En 1996 el desempleo alcanzó cifras sin precedentes, 40%, afectando principalmente a los jóvenes (sector mayoritario de la población).

En 2001 asumió como prefecto Gonther Friederici. En 2002, la isla sufrió el devastador ciclón Dina, que dejó inmensas pérdidas en el sector agrícola y severos daños en la infraestructura habitacional.

Si bien la exportación de caña de azúcar ha sido el principal recurso económico generado por Reunión, en los últimos años el sector de servicios creció sensiblemente. Sin embargo, en el grueso, la economía continuó dependiendo de Francia.

Ya entrados en el siglo XXI, la brecha entre pobres y ricos era radical y fuente de continuas tensiones sociales. Las comunidades blanca e india se encontraban en una situación económica cercana a los estándares europeos; la población de origen africano padecía la pobreza y desempleo que caracteriza a los países más sumergidos de África.

En 2006, la enfermedad tropical chikungunya, que ataca principalmente a las articulaciones y –que en suahili significa «el que camina encorvado», en referencia a la postura inclinada que caracteriza a los enfermos– afectaba a más de 160 mil personas en Reunión. La enfermedad, originaria del este de África, es transmitida por el mismo mosquito que el dengue. Si bien no era mortal, carecía de antídoto.

Las autoridades de Reunión estudiaban, en agosto de 2007, proyectos de utilización de energía geotérmica del subsuelo y los acuíferos.