Antes de la llegada de los europeos, la región estaba habitada por los caribes. De hábitos guerreros, vivían en pequeñas comunidades, dedicados a la caza, la pesca y alguna forma de agricultura.

Comerciantes holandeses llegaron a la región en el siglo XVII, pero las primeras colonias fueron instaladas por ingleses, que trajeron esclavos para trabajar en sus plantaciones. En el siglo XIX, Suriname quedó definitivamente bajo control holandés.

En 1863 las colonias holandesas abolieron la esclavitud y esta mano de obra fue sustituida por el trabajo semi-esclavo de inmigrantes indios y javaneses. Se generó una estructura étnica compleja, con una mayoría de población india reacia, fuertemente apegada a sus tradiciones culturales; los «criollos» descendientes de esclavos, los javaneses, los negros «cimarrones» (cuyos ancestros fueron esclavos fugados a la selva), los indios americanos y una pequeña minoría europea.

Las diferencias étnicas, culturales e idiomáticas dificultaron el surgimiento de una conciencia nacional. Los criollos, nucleados en el NPK (National Party Kombination, una coalición de cuatro partidos de centro-izquierda), acaudillaron la lucha independentista a partir de la Segunda Guerra Mundial, mientras que el Vatan Hitkarie de Jaggernauth Lachmon, que expresa a la población india, en gran parte comerciantes y empresarios, intentó postergarla.

En octubre de 1973 los independentistas ganaron las elecciones legislativas y Henck Arron, líder del Partido Nacional Surinamés (NPS), se convirtió en primer ministro del gobierno local, que desde 1954 ya tenía cierto grado de autonomía.

La independencia fue finalmente proclamada en 1975. Muchos surinameses de clase media aprovecharon su condición de ciudadanos holandeses para emigrar a la metrópoli (casi un tercio de la población), lo que provocó una grave escasez de cuadros técnicos y profesionales. El país se quedó sin la mano de obra calificada que lo hacía funcionar, con la excepción de la empleada por las empresas Suralco y Billiton, dos trasnacionales que monopolizan la bauxita y, de hecho, la vida económica del país. Las actividades económicas decayeron y la agricultura retrocedió a niveles muy precarios.

En febrero de 1980 el primer ministro fue derrocado por un golpe de Estado, («la revolución de los sargentos»). El Consejo Militar Nacional (CMN) convocó a los dirigentes opositores a gobernar y varios dirigentes izquierdistas asumieron posiciones en el gabinete.

Un año más tarde, un nuevo golpe de Estado dio el poder al teniente coronel Desiré Delano (Desi) Bouterse. El gobierno estableció relaciones con Cuba enfrentando la oposición interna y la externa de Estados Unidos y Holanda.

En 1982 sindicatos, comerciantes y grupos profesionales empezaran a manifestar su descontento. En diciembre,15 periodistas, intelectuales y dirigentes sindicales, acusados de conspirar contra el Estado, fueron ejecutados extrajudicialmente en Fort Zeelandia. «Los asesinatos de diciembre» quedaron en la memoria de la ciudadanía como uno de los hechos más traumáticos en la historia del país.

En enero de 1983 Bouterse formó un nuevo gobierno con civiles y militares y designó como primer ministro al nacionalista Errol Halibux, de la Unión de Trabajadores y Agricultores. Luego de la invasión de EE.UU. a Granada el gobierno surinamés dio un vuelco en sus relaciones y pidió a Cuba el retiro de su embajador así como la suspensión de todos los convenios de cooperación firmados.

En un esfuerzo por reducir el aislamiento de Suriname, el gobierno se integró a la Comunidad del Caribe (CARICOM) como observador y restableció relaciones con Cuba, Granada, Nicaragua, Brasil y Venezuela.

En 1986 la violencia ganó nuevamente al país. El 29 de noviembre, una unidad militar especial atacó el pueblo de Moiwana, incendió la casa del líder de la oposición armada Ronnie Brunswijk y mató a 35 personas, la mayoría mujeres y niños. Años después, en 1990, se reabrió la investigación y el inspector Herman Gooding, responsable de la instrucción, fue asesinado y su cuerpo fue tirado frente a las oficinas del coronel Bouterse. En abril de 1987 la Asamblea Nacional aprobó una Constitución que sirvió de marco para el retorno a la institucionalidad. El proyecto contó con el apoyo de los tres principales partidos políticos y del ejército.

En las elecciones de 1988 triunfó el Frente por la Democracia y el Desarrollo. En julio de 1989 el presidente Ramsewak Shankar acordó una amnistía con la guerrilla, otorgando la posibilidad de mantenerse armados en el interior de la selva. Bouterse y el NDP (Partido Nacional Democrático) se opusieron, argumentando que se estaba legalizando una fuerza militar autónoma.

El Nuevo Frente (NF) triunfó en las elecciones para la Asamblea Nacional de mayo de 1991; una de sus mayores propuestas consistía en el restablecimiento de las relaciones con el gobierno holandés.

El 16 de setiembre, Ronald Venetiaan, líder del NF, resultó electo presidente y en octubre impulsó una política de reducción del gasto de defensa y de las FFAA. Se inició un proceso de pacificación con los movimientos guerrilleros y su desarme bajo supervisión de Brasil y Guyana, representando la ONU.

En 1993 el país sufrió las consecuencias de la caída del precio de la bauxita y la contracción de su economía a un ritmo promedio anual del 2,6%. El nuevo gobierno civil adoptó un riguroso programa de ajuste estructural, que originó un importante descontento en la población.

La pobreza y el desempleo en el interior del país constituyeron el trasfondo de la ocupación de la represa de Afobakka, 100 kilómetros al sur de Paramaribo, en marzo de 1994. Los rebeldes, que reclamaban la renuncia del gobierno, fueron expulsados por tropas gubernamentales, tras cuatro días de ocupación.

En abril de 1997, los Países Bajos libraron una orden de captura internacional contra el ex dictador Bouterse, sospechoso de mantener vínculos con el narcotráfico. En respuesta, el entonces presidente Jules Wijdenbosch designó al ex dictador como consejero de Estado, lo que le valió la inmunidad diplomática.

A fines de ese año, un frustrado intento de golpe de Estado culminó con el arresto de 17 oficiales de bajo rango. La tentativa golpista fue relacionada con las condiciones de trabajo de los soldados, deteriorada por los bajos salarios y la vetustez de sus equipos.

El malestar social y una crisis económica sin precedentes se intensificaron en los primeros meses de 1999. La mayor huelga general de la historia de Suriname –que dejó al país prácticamente paralizado– y gigantescas manifestaciones de protesta que se desarrollaron durante meses en Paramaribo llevaron al parlamento a deponer, en junio, al gabinete de Wijdenbosch, acusándolo del colapso económico del país.

En mayo de 2000, el NF ganó las elecciones parlamentarias y, en agosto, Venetiaan fue electo presidente con 37 de los 51 votos de la Asamblea Nacional.

Las tensiones entre Suriname y Guyana debido a la disputa que desde hacía décadas mantenían por aguas territoriales se agravaron en junio de 2000 cuando un navío surinamés obligó a retirarse a la compañía canadiense CGX Energy, que había obtenido permiso de exploración de petróleo por parte de Guyana. En julio, luego de que líderes de ambos países no llegaron a un acuerdo después de varios días de negociaciones en Jamaica, la empresa canadiense suspendió el proyecto.

En noviembre de 2000, la Suprema Corte de Amsterdam sentenció que el golpista Bouterse sería procesado nuevamente in absentia, acusado de haber liderado una red de contrabando de cocaína durante su gobierno y de los asesinatos de 1982. Suriname había empezado a investigar los asesinatos y pidió a Holanda cooperación y asistencia. Al no existir tratado de extradición entre los dos países, Suriname no estaba obligado a enviar a Bouterse a Holanda para afrontar el juicio.

A mediados de 2001, durante la ceremonia de traspaso de mando, el ex comandante del ejército nacional Glenn Sedney ofreció sus disculpas a la comunidad surinamesa por las «heridas y divisiones» que los militares habían causado en el pasado.

El infortunio financiero conjugado con los bajos precios del mercado provocaron que las compañías bananeras estatales fueran cerradas en abril de 2002, lo que desencadenó protestas y demandas de parte de los trabajadores.

En mayo de 2002, el presidente Venetiaan manifestó la necesidad de que se vigilara de manera continua el respeto a la libertad de expresión y de que se reconociera que en las décadas de l980 y 1990 se produjeron incidentes de intimidación hacia periodistas y directores de periódicos y emisoras de radio. Venetiaan firmó la «Declaración de Chapultepec», relativa a la libertad de expresión. Los miembros de la Asociación de Periodistas recibieron la medida con agrado, e hicieron hincapié en la necesidad de reformar algunas leyes de acuerdo con las directrices recogidas en la declaración.

En una maniobra que buscaba afianzar la economía, en enero de 2004 se estableció el dólar surinamés como la nueva moneda vigente, en sustitución del guilder holandés.

Ningún candidato alcanzó los dos tercios de los votos parlamentarios necesarios para la presidencia en la primera vuelta de las elecciones de julio de 2005; en la segunda ronda sucedió lo mismo. Finalmente, la Asamblea Popular Unida, un órgano regional formado por 891 parlamentarios y representantes de distritos, reeligió a Venetiaan como presidente con 560 de los 879 votos.

En mayo de 2006 fuertes lluvias azotaron al país y causaron severas inundaciones. Más de 30.000 Km cuadrados de territorio quedaron sumergidos bajo las aguas y 175 pueblos fueron prácticamente «borrados del mapa» al ser tapados por capas de hasta dos metros de barro. Unas 25 mil personas perdieron todo lo que tenían. El gobierno, que catalogó la situación como «desastre», solicitó la ayuda inmediata de organismos internacionales.

El anuario El Mundo Indígena 2006, elaborado por el Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígenas (IWGIA), denunció que un proyecto de Ley de Minería, que estaba siendo estudiado por la Asamblea Nacional, era racialmente discriminatorio. El proyecto, de ser aprobado, llevaría a que varías comunidades indígenas del norte del país se vieran obligadas a abandonar sus tierras para el asentamiento de nuevas minas. A su vez, según IWGIA, los habitantes de las zonas vecinas estarían demasiado expuestos a la incidencia del mercurio utilizado en las minas, lo que podría traer aparejadas malformaciones congénitas, así como envenenamiento en adultos.

En octubre de 2006 el asesinato de varias personas sin hogar mientras dormían en las calles de la capital estremeció al país. Dos de ellos habían sido baleados en febrero y otros dos, incendiados con gasolina en mayo. La última víctima fue asesinada con un hacha. La policía sospecha de que un asesino en serie es el responsable. El número de personas sin hogar, la mayoría de ellos con enfermedades mentales, ha ido en aumento en al capital durante los últimos años.

La disputa con Guyana por los derechos de una cuenca submarina, iniciada en 2004, para agosto de 2007 seguía pendiente de resolución. Ambos gobiernos esperaban que la ONU expidiera una resolución en los próximos meses. Según expertos, la cuenca podría albergar unos 15.000 millones de barriles de petróleo y otro tanto de gas natural.