Uno de los grupos eslavos del sur, los eslovenos ocuparon en el siglo VI d.C. el actual territorio de Eslovenia y algo más al norte. Dominados por los bávaros desde el año 743, después fueron incorporados al Imperio Franco de Carlomagno. Con la división del imperio, en el siglo IX, los eslovenos fueron reducidos a la servidumbre y la región al norte del río Drava fue completamente germanizada.

El pueblo esloveno conservó su identidad cultural gracias a la labor educativa de sus líderes intelectuales, en su mayoría monjes y religiosos católicos. La Casa de Austria se implantó en forma progresiva en la región desde el último cuarto del siglo XIII.

Entre los siglos XV y XVI los eslovenos protagonizaron rebeliones en el campo, en alianza con los croatas en 1573, que llevaron al rey a mejorar la condición del campesinado.

Desde 1809, gran parte del territorio quedó dentro de las provincias ilirias del Imperio Napoleónico. Tras la derrota de Napoleón, en 1814, se restableció el dominio de los Habsburgo (Casa de Austria). En las revoluciones de 1848 los eslovenos reclamaron la creación de una provincia eslovena unificada dentro del Imperio Austríaco. La primera expectativa de unión de los eslavos del sur (eslovenos, serbios y croatas) surgió en los años 1870.

En la década de 1890 fueron creados los partidos del Pueblo Esloveno (católico), Progresista (liberal) y Socialista. Miembros del clero católico promovieron la organización de los campesinos y artesanos en amplios movimientos de cooperación.

En 1917, en el Parlamento austríaco, representantes eslovenos y de otros pueblos eslavos del sur defendieron la unión de sus territorios en una entidad política autónoma dentro de los dominios de los Habsburgo.

Al término de la Primera Guerra Mundial, en 1918, en medio del entusiasmo popular por la caída del Imperio Austro-Húngaro, los eslovenos apoyaron la creación del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, conocido desde 1929 como Yugoslavia (tierra de los eslavos del sur). No obstante, en la Conferencia de Paz de París las potencias triunfantes entregaron Gorica, con una importante población eslovena, a Italia.

Por el Tratado de Saint Germain, firmado entre las potencias vencedoras y Austria, sólo una pequeña parte de Carintia del sur fue asignada a Yugoslavia. Dos plebiscitos definirían el destino del resto de Carintia, pero cuando la región del sur optó por Austria, en 1920, el otro plebiscito no se efectuó y ambas regiones quedaron bajo el control de Viena.

La hegemonía serbia en el reino yugoslavo generó entre los eslovenos cierto resentimiento, aunque menor que el croata, que derivó en un movimiento anti-serbio. En la Segunda Guerra Mundial Eslovenia fue dividida entre Italia (el sudoeste), Alemania (el noroeste) y Hungría (una pequeña zona al norte del río Mura). En la resistencia eslovena se destacó el Frente de Liberación, dirigido por los comunistas.

Las guerrillas comunistas combatieron en dos frentes simultáneos: a los invasores y a las unidades militares anticomunistas organizadas por los ocupantes con integrantes de la población local. Tras la derrota del Eje (Alemania, Italia y Japón), la mayor parte de la vieja Eslovenia volvió a manos de Yugoslavia.

Al fundarse la República Popular Federativa de Yugoslavia en 1945, Eslovenia se convirtió en una de las seis repúblicas de la federación, con organismos legislativos y de gobierno propios. El poder legislativo estaba compuesto por el consejo republicano, elegido por todos los ciudadanos, y el consejo de los productores, elegido entre los trabajadores y funcionarios de la industria.

Aunque tales organismos no configuraban un gobierno autónomo en el socialismo autogestionario dirigido por la Liga Comunista de Yugoslavia (LCY), Eslovenia mantuvo un alto grado de independencia económica y cultural. Por la nueva Constitución yugoslava de 1974 adquirió el título de República Socialista.

Eslovenia llegó a ser la más industrializada de las repúblicas de la federación, en especial por sus instalaciones de producción de acero y de equipos pesados. La primera central nuclear de Yugoslavia fue terminada en 1981, en la localidad de Krsko, con tecnología de una empresa privada de Estados Unidos.

A fines de la década de 1980, influida por los cambios de Europa del Este, Eslovenia evolucionó hacia un sistema político con pluralidad de partidos. En enero de 1989 fue fundada la Liga de los Socialdemócratas Eslovenos, primer grupo de oposición legal, y en octubre, la asamblea de Eslovenia aprobó una reforma de la Constitución de la república que le permitía separarse de Yugoslavia.

La Liga Comunista de Eslovenia se separó de la LCY en enero de 1990 y se transformó en Partido de la Renovación Democrática. En abril, en las primeras elecciones con participación de varios partidos celebradas en Yugoslavia después de la Segunda Guerra Mundial, los eslovenos dieron la mayoría a Demos, una coalición de sectores partidarios de la separación de la federación.

Eslovenia y Croacia proclamaron la independencia el 25 de junio de 1991. En las horas siguientes, el ejército federal asaltó el territorio esloveno y ocupó sus puestos fronterizos. Luego de fuertes combates y el bombardeo del aeropuerto de Liubliana (Ljubljana), Belgrado anunció que controlaba la frontera. Pero el ejército territorial esloveno, de 21 mil hombres, causó importantes pérdidas al yugoslavo en los 10 días siguientes.

El 7 de julio, con mediación de la CEE, se logró un cese de hostilidades en la isla yugoslava de Brioni. El acuerdo reafirmó la soberanía de los pueblos yugoslavos, el ejército federal acordó la retirada de Eslovenia y el gobierno de Liubliana prometió congelar el proceso de independencia durante tres meses. En octubre de 1991 el Parlamento esloveno aprobó el fin de su compromiso oficial con Yugoslavia. Eslovenia implantó su propia moneda, el tolar, sus instituciones nacionales y aplicó diversas medidas para establecer su independencia.

Mientras formaba parte de Yugoslavia, la población de Eslovenia era apenas el 8% del total, pero su producción industrial era el 25% de la del país.

En enero de 1992 la CEE reconoció a Eslovenia y Croacia como estados independientes, si bien en Croacia aún proseguía la guerra civil. La homogeneidad de su población hizo de la secesión de Eslovenia una de las menos cruentas del proceso en la ex Yugoslavia, y el reconocimiento internacional fue de los más claros, pues el país controlaba su frontera, mantenía sus propias fuerzas armadas y emitía su moneda nacional. Tras la retirada de las tropas yugoslavas, el gobierno encabezado por Milan Kucan reanudó las tareas de reconstrucción económica sin injerencia del antiguo gobierno yugoslavo.

En abril de 1992, el centrista Janez Drnovsek fue designado primer ministro. En las elecciones de diciembre, la mayoría fue obtenida por el Partido Liberal Demócrata de Drnovsek, el cual formó un gobierno de coalición con la Democracia Cristiana.

Con la mira en el acercamiento a la UE, el país pasó a definirse como europeo y no balcánico. Su déficit fiscal se redujo a 2% del PNB, la inflación quedó por debajo del 5% y la balanza de pagos bajó su déficit a 70 millones de dólares.

Eslovenia solicitó la asociación a la UE. Italia se opuso y reclamó una compensación por la estatización de las propiedades de unos 150 mil italianos entre 1945 y 1972. La Iglesia Católica también exigió la devolución de propiedades confiscadas durante el ex-régimen comunista. Eslovenia firmó en junio de 1996 un acuerdo de asociación con la UE, bajo condición de autorizar a los extranjeros a adquirir bienes en el país.

En enero de 1997, el Parlamento ratificó a Janez Drnovsek como primer ministro. El presidente Milan Kucan fue reelegido en el cargo para un nuevo período de cinco años en noviembre.

Durante los bombardeos a Kosovo y Serbia en 1999, Eslovenia permitió el uso de su espacio aéreo a la OTAN. Según la RIS (Research of Internet in Slovenia), cerca del 10% de la población económicamente activa trabajaba por la Internet ese año.

En abril de 2000 Drnovsek perdió la confianza del Parlamento. Lo sustituyó Andrej Bajuk, al frente de una coalición conservadora. Sin embargo, las elecciones parlamentarias de octubre le devolvieron el poder a Drnovsek.

En junio de 2001 los presidentes Vladimir Putin de Rusia y George W. Bush de EE.UU. se reunieron por primera vez en Eslovenia, en la antigua residencia del presidente Tito, líder de la ex Yugoslavia.

En una cumbre realizada en Copenhage en noviembre de 2002, la UE invitó formalmente a Eslovenia a unírsele.

El 1 de diciembre de 2002 Drnovsek triunfó en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales con el 56,4% de los votos. El ministro de finanzas Anton Rop tomó su lugar como primer ministro.

Los eslovenos votaron el 23 de marzo de 2003 en dos plebiscitos a favor de la adhesión a la UE y la OTAN. Más del 92% de los votantes apoyó la adhesión a la UE –el resultado más alto a favor de la accesión entre los países que ingresarían en 2004– y más de 60% a la OTAN. Eslovenia fue el único país que sometió a referéndum la decisión de unirse a la OTAN, además de negarle a EEUU ayuda en el ataque a Irak –el 80% de los eslovenos estaba en contra de la guerra–.

Un tribunal constitucional ordenó, en febrero de 2004, que se restituyera la residencia y demás derechos civiles vedados a 18 mil croatas, bosnios y serbios que, luego de la independencia de 1992, habían sido literalmente borrados de los registros.

El 29 de marzo de 2004, Eslovenia y otros seis países del ex bloque comunista ingresaron en la OTAN, la mayor ampliación de la historia del organismo, que ahora cuenta con 26 miembros.

En abril de 2004 un referéndum promovido por la derecha revocó, por abrumadora mayoría, la decisión parlamentaria de restituir los derechos civiles de las minorías étnicas, lo que avergonzó a un gobierno que preparaba el ingreso a la UE.

El 1° de mayo de 2004 la UE dio la bienvenida a 10 nuevos miembros, entre ellos Eslovenia, el único miembro de la ex-Yugoslavia que había sido invitado a integrar la unión.

Sorpresivamente, el SDS ganó las elecciones de octubre. La agrupación de centro derecha logró el 30% de los votos y quedó seis puntos porcentuales arriba del Partido Democrático Liberal de Rop. El nuevo primer ministro, Janez Jansa, buscaría el apoyo de otros partidos minoritarios de derecha para lograr la mayoría parlamentaria.

El parlamento esloveno aprobó, por abrumadora mayoría, la constitución europea en 2005. En mayo del año siguiente, la UE aprobó el ingreso de Eslovenia a la Eurozona a partir de 2007, luego de cumplido un período de prueba en el que su moneda, el tolar, se mantuviera atado al euro.

Finalmente, en enero de 2007, Eslovenia se convirtió en el primer país ex-comunista en adoptar la moneda común europea.