Según investigaciones arqueológicas, el territorio de la actual Tailandia ha estado poblado desde hace por lo menos 20 mil años. Alrededor del siglo X d.C. varios pueblos de lengua tai emigraron desde China hacia el sur. Durante el siglo XIII los estados tai emergieron como una fuerza dominante en la región, absorbiendo los debilitados imperios de los mons y los khmers (jemers). En 1238 se fundó Sukhotai, el primer reino tai. El rey Ramkamhaeng el Grande, administrador, legislador y estadista, fue reconocido por la invención del alfabeto tai. Durante el período Sukhotai el pueblo desarrolló por primera vez una civilización tai, con instituciones administrativas, arte y arquitectura propios. Las imágenes de Buda Sukhotai, caracterizadas en figuras de gran refinamiento facial, fluidez lineal y armonía en las formas, son consideradas las más hermosas y originales de la expresión artística tai.

En 1350 el pujante estado de Ayutthaya dejó de ser dependiente, impuso su fuerza sobre Sukhotai y usurpó su poder administrativo. El Reino Sukhothai quedó desierto. Los reyes Ayutthaya ganaron más poder avanzando hacia el este, donde tomaron Lopburi –un antiguo bastión Khmer– y luego en 1431 con la conquista de Angkor, la capital del Imperio Khmer. La Dinastía Ayutthaya adoptó las costumbres legales, el lenguaje y la cultura de los khmer. A diferencia de los soberanos paternales del reino Sukhothai, los Ayutthaya fueron monarcas absolutos y se adjudicaron el título de devaraja o Dios Rey. Ayutthaya se volvió una de las más grandes y prósperas ciudades de Asia. A partir del siglo XVI los portugueses establecieron el comercio, abastecieron a los mercenarios y enseñaron al pueblo tai la técnica de fundición de cañones y el uso de los mosquetes.

Los myanmarenses (o birmanos) fueron el más poderoso rival del reino de Ayutthaya. En 1569 vencieron a las fuerzas Ayutthaya, ocuparon la capital y gobernaron durante 15 años. El fin de la Dinastía Ayutthaya llegó en 1767 cuando, luego de un sitio de 14 meses, una nueva invasión birmana asaltó la ciudad; los myanmarenses quemaron, saquearon y fundieron todo el oro de las imágenes de Buda y tomaron 90 mil cautivos. Luego de expulsar a los ocupantes birmanos del fuerte en Ayutthaya, el general tai Phya Taksin trasladó su capital a la orilla occidental de Bangkok, conocida como Thon Buri, y fue proclamado rey. Durante su reinado Phya Taksin liberó de los birmanos el territorio de Chiang Mai y el resto del norte de Tailandia.

Rama I (1782-1809), fundador de la Dinastía Chakri que aun gobierna a Tailandia, trasladó la capital del río Chao Phraya a Bangkok (Krung Thep), en aquel tiempo una pequeña villa. A mediados del siglo XIX Bangkok se convirtió en una ciudad de unos 400 mil habitantes, engrosada por grandes cantidades de chinos que habían ingresado a Siam durante aquellos años. Rama II restableció relaciones con Occidente y permitió a los portugueses construir la primera embajada occidental en Bangkok. Su sucesor, Rama III, extendió el Imperio Tai al sur, a lo largo de la península malaya, hacia el norte internándose en Laos, y hacia el sudeste, en Camboya. Mientras tanto continuó con la apertura del país a los extranjeros y promovió el comercio con China.

El nombre Tailandia significa «tierra de los libres»; en 800 años de historia, el pueblo tai nunca fue colonizado. Cuando Rama IV (1851-1868) abrió el país a la influencia occidental, inició reformas y propició un desarrollo moderno del lugar, franceses y británicos disputaron el control de Siam (como se llamaba Tailandia entonces). En 1896 ambas potencias acordaron preservar la independencia formal del reino. En la Primera Guerra Mundial Siam peleó junto a los aliados e integró luego la Sociedad de Naciones.

En 1932 un golpe de Estado restringió la autoridad de la monarquía y creó un parlamento elegido a través del sufragio universal. La experiencia democrática duró poco tiempo y en 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Bangkok aceptó que su territorio fuese utilizado por las fuerzas niponas y se convirtió en un satélite virtual de Japón. Durante el conflicto las tropas siamesas ocuparon parte del territorio de Malasia, pero después de la victoria de las potencias aliadas, se vieron obligadas a restituirlo.

En junio de 1946 el rey Ananda Mahidol fue muerto en circunstancias nunca aclaradas. Los estadounidenses lograron colocar en el trono a su hermano, Rama IX, nacido en Estados Unidos y con simpatías por ese país. Desde entonces Tailandia –nombre oficialmente adoptado en 1949– ha estado bajo la tutela de Washington.

El interés estadounidense obedece a motivos estratégicos. Por su posición geográfica y la posibilidad de construir algún día un canal interoceánico en la zona del istmo de Kra, Tailandia pronto se convirtió en pieza clave de la política del Pentágono en la región. En 1954 se fijó en Bangkok la sede de la SEATO, pacto militar destinado a cortar la pujanza de las fuerzas revolucionarias del sudeste asiático.

En 1961 tropas estadounidenses entraron masivamente en el país para combatir la insurrección que se generalizaba en Laos, y dejaron Tailandia sólo 14 años después. En ese período se establecieron lazos cercanos entre las fuerzas armadas tai y las estadounidenses. Por participar en la lucha anticomunista, las primeras conquistaron influencia en el poder político e impunidad en sus prácticas corruptas, que incluyen el control de gran parte del comercio de la droga producida en el famoso triángulo de oro, en el norte del país.

Entre 1950 y 1973, Estados Unidos sostuvo regímenes militares en Bangkok, con un aporte de más de 2 mil millones de dólares. En octubre de 1973 una revuelta popular liderada por estudiantes forzó la renuncia del gobierno. En 1974 se formó el primer gobierno civil en 20 años y las elecciones celebradas al año siguiente llevaron al gobierno al príncipe Seni Pramoj, quien exigió la retirada de las tropas, el desmantelamiento de las bases estadounidenses e intentó mejorar las relaciones con los gobiernos revolucionarios vecinos.

Los militares no lo aceptaron, y en octubre de 1976 Pramoj fue derrocado en un golpe sangriento del sector ultraderechista de la marina. La masacre de cientos de estudiantes y trabajadores que protestaron contra el golpe provocó que miles de estudiantes e intelectuales se incorporaran a la lucha guerrillera llevada adelante en las áreas campesinas por el Partido Comunista. Las relaciones de Bangkok con sus vecinos se volvieron sumamente tensas. Finalmente, en octubre de 1977 un golpe en el golpe llevó al gobierno al sector militar de derecha civilizada, que comenzó a liberalizar la vida política y atraer nuevas inversiones trasnacionales. A partir de 1979 Tailandia comenzó a acoger refugiados camboyanos. Los campos, ubicados cerca de la frontera, se convirtieron en retaguardia para las tropas leales a las 3 facciones camboyanas que luchaban contra el gobierno establecido en Phnom Penn. Hacia ellas se canalizó gran parte de la ayuda humanitaria internacional. De acuerdo a la estrategia estadounidense, Tailandia sirvió de base para nuevas agresiones contra el gobierno de Phnom Penh apoyado por Vietnam.

En abril de 1981, un golpe militar dirigido por el general Sant Chitpatima, con el apoyo de cuadros intermedios jóvenes, fue sofocado después de 3 días de extrema tensión. Luego de aceptar aparentemente el liderazgo que les ofrecían los jóvenes oficiales, que reclamaban la instauración de la democracia y reformas sociales, el rey y el primer ministro, general Prem, tomaron partido contra los golpistas.

La revuelta de los jóvenes turcos surgió ante el retiro de varios generales, decretado por el gobierno. No obstante, el desarrollo del golpe dio un giro inusual, al buscar apoyo entre sectores sindicales y estudiantiles y anunciar propósitos inusitados para los militares tailandeses.

Mientras tanto la oposición de izquierda tailandesa se debilitó ante la crisis notoria de su principal fuerza política, el Partido Comunista, dividido en 2 corrientes: una provietnamita y otra prochina.

En 1983, después de las elecciones del Congreso realizadas en abril, el general Prem Tinsulanonda fue reelegido para un segundo mandato.

A fines de 1984,el general Arthit Kamlang-Ek y otros generales de la línea dura cuestionaron una devaluación de la moneda, amenazando con retirarle a Prem el apoyo de las fuerzas armadas. Una maniobra del primer ministro asegurándole compensaciones a los militares aisló a Arthit y lo eliminó como alternativa de recambio político.

Tras un intento golpista en setiembre de 1985, Prem destituyó a Arthit y designó al general Chavalit Yongchaiyudh como comandante en jefe de las fuerzas armadas.

La inestabilidad política continuó en Bangkok, con varios cambios en el gabinete y dos llamados anticipados a elecciones legislativas. En 1986 el Partido Democrático obtuvo una mayoría relativa que le permitió dirigir una coalición nuevamente presidida por el general Prem como primer ministro.

Mientras la figura del general Chaovalit crecía gracias a sus críticas contra la corrupción, el gobierno llamó en 1988 a elecciones anticipadas para evitar una censura a Prem. Las críticas a su gestión se referían al manejo turbio de fondos públicos y a la incompetencia en la resolución de la guerra fronteriza sostenida meses atrás con Laos por el control de tres villas.

En las primeras elecciones completas realizadas desde 1976 y en medio de una generalizada compra de votos, el Partido de la Nación Tai ganó las elecciones. El rey Bhumibol Adulyahed pidió al general Chatichai Choonhavan que formara gobierno. Una coalición de seis partidos permitió gobernar al nuevo primer ministro.

Este introdujo cambios en la política del país, tradicionalmente volcada a los asuntos internos y a la seguridad. Para Chatichai la idea central era convertir el campo de batalla de Indochina en un gran mercado regional, por lo que estimuló una fuerte corriente de inversiones con Camboya y Laos.

Esta fórmula hizo crecer la economía tailandesa, que en 1989 tuvo un aumento superior al 10,5%. Tailandia enfrentó al mismo tiempo a Europa Occidental y a Estados Unidos. A la primera por su política de subsidio a las exportaciones de productos agrícolas, que compiten con los que vende el país asiático; y al segundo negándose a aceptar los criterios estadounidenses de propiedad intelectual, en especial sobre el comercio de programas de computación.

En 1991 tuvo lugar un nuevo golpe de Estado, encabezado por el general Sunthorn Kongsompong, quien presentó un proyecto de Constitución a Bhumibol Adulyadej. El rey lo aprobó, justificando la acción militar por la creciente corrupción del gobierno civil, y coincidió en la necesidad de llamar a nuevas elecciones. Paralelamente, se empantanaron las negociaciones de paz en Camboya, que denunció el renovado apoyo tailandés a la oposición armada.

Durante 1991, Tailandia permaneció bajo el mando del Consejo de Mantenimiento de la Paz Nacional (NPKC), un órgano militar comandado por Sunthorn. En diciembre, el rey promulgó una nueva Constitución, que estableció la realización de elecciones en 120 días para sustituir al gobierno del NPKC. La junta militar se reservó la designación directa de 270 en un total de 360 senadores, lo que le daba un control total sobre el nuevo gobierno.

A comienzos de abril, con una pequeña mayoría formada por 5 partidos pro militares, el general Suchinda Kraprayoon, hasta entonces comandante en jefe del ejército, asumió como primer ministro. En su gabinete Suchinda incluyó 11 ex ministros acusados de enriquecimiento ilícito durante el gobierno de Chatichai.

En los primeros dos meses del nuevo gobierno las manifestaciones en su contra reunieron a decenas de miles. A fines de mayo la policía recibió la orden de reprimir y se produjo una masacre. Las tropas del ejército dispararon contra la multitud concentrada en el monumento a la Democracia. Las demostraciones siguieron hasta que, en una sorpresiva intervención por la televisión nacional, el rey Adulyadej realizó un llamamiento a la reconciliación nacional. Al mismo tiempo, Suchinda anunció su apoyo a una revisión constitucional por la cual el primer ministro debía ser un miembro del Parlamento, con lo cual el propio Suchinda quedaba descalificado para el cargo. Se anunció asimismo la liberación de Srimuang y una amnistía para los arrestados por los incidentes callejeros. Mientras continuaba en vigor el toque de queda en Bangkok, el Parlamento inició la discusión de la enmienda constitucional y el rey designó al general Prem Tinsulanonda para supervisar el proceso.

El 24 de mayo, Suchinda presentó su renuncia y su vice, Mitchai Ruchuphan, asumió interinamente. Las enmiendas constitucionales aprobadas en junio redujeron la participación militar en el gobierno. En la primera semana, luego de la aprobación de la enmienda, el rey Adulyadej propuso como primer ministro a Anand Panyarachun, un político de prestigio, que había ocupado el cargo después del golpe militar de 1991.

El Parlamento aceptó la sugerencia del rey. Panyarachun integró su gabinete con tecnócratas y destituyó a 12 militares culpables de la masacre de mayo.

En junio de 1992 el rey disolvió el Parlamento y convocó a elecciones anticipadas en setiembre, en las que triunfó el Partido Demócrata (PD), que obtuvo 79 escaños en la Cámara de Representantes. El 23 de setiembre quedó conformada una mayoría parlamentaria (177 bancas), integrada por el PD, el Palang Dharma, el Partido de la Aspiración Nueva (PAN), que eligió como primer ministro al dirigente antimilitarista Chuan Leekpai. Poco después se adhirió el Partido de Acción Social, de orientación promilitarista.

En 1994, la economía tailandesa se mostró estable y en crecimiento, su ambiente político, por el contrario, cada vez más tenso. Disuelto el Parlamento, en julio de 1995 se celebraron elecciones anticipadas, ganadas por el Partido de la Nación Tai. Banham Silapa-archa, líder de ese partido, formó un gobierno apoyado por varios partidos minoritarios. Una propuesta de reforma constitucional incluyó la reducción del tamaño y el poder del Senado y la reducción de la edad para votar a 18 años. El tema quedó sin resolver debido a las acusaciones entre los distintos partidos y la inestabilidad del Parlamento.

En noviembre de 1996, Chavalit Yongchaiyudh (PAN) fue elegido nuevo primer ministro, con 125 de las 393 bancas de la Cámara de Representantes. El PD de Chuan Leekpai, obtuvo 123 bancas. Una coalición con el Chart Pattana (52), Acción Social (20), Prachakorn Tai (18) más dos partidos menores, le permitió a Chavalit obtener la mayoría semanas después.

En 1997 una crisis financiera sacudió Tailandia, exacerbada por escándalos que llevaron al cierre de empresas y a la renuncia del ministro de Economía; y por la reforma constitucional impulsada por Chavalit para levantar una moción de rechazo en su contra hecha por la oposición.

En agosto de 1997 se presentó un proyecto de reforma constitucional, tendiente a limitar la corrupción, codificar los derechos de los ciudadanos y eliminar la influencia del ejército en el Senado. Los partidos en el gobierno lo rechazaron en primera instancia, pero cedieron ante el visto bueno del ejército y del rey Bhumibol. En octubre fue promulgada la nueva Constitución en la Asamblea General.

En marzo el primer ministro sobrevivió a un voto de censura e incluso ensanchó la base de su alianza, al incorporar al gobierno a Chart Pattana, que cuenta con 51 votos en el parlamento. El gobierno decidió no renovar el permiso de trabajo de medio millón de inmigrantes, pero cedió ante las presiones de los cultivadores de arroz y otros empresarios, que emplean mano de obra barata, y dio 95 mil nuevos permisos.

A comienzos de 2001, tropas tailandesas y myanmarenses se enfrentaron en la frontera común –el cruce de Mae Sai-Tachilek–. Bangkok y Rangún se acusaron mutuamente de apoyar milicias productoras de droga. En mayo de 2001 las tensiones se agudizaron por la creciente presencia de tropas especiales de Estados Unidos del lado tailandés de la frontera, cuyo objetivo declarado era entrenar al ejército de Tailandia en la lucha contra el narcotráfico. Ese mismo mes, cerca de la frontera con Myanmar, más de 20 mil soldados estadounidenses y tailandeses realizaron sus maniobras conjuntas anuales. En junio, Shinawatra viajó a Rangún para discutir los problemas fronterizos, tras lo cual se reabrió el cruce de Mae Sai-Tachilek.

En julio de 2003 Tailandia pagó los prestamos del FMI con 2 años de anticipación.

A principios de ese año Shinawatra renovó la guerra anti-drogas. En 3 meses murieron 2.500 sospechosos de narcotráfico; según críticos, se multiplicaron las muertes extra judiciales.

Durante 2004 el país sufrió una escalada de violencia, comenzada en enero con un ataque contra un arsenal militar. En los meses siguientes los ataques se volvieron casi diarios, dejando más de un centenar de muertes. Las autoridades atribuyeron la violencia a un rebrote de separatismo islámico.

En mayo el ejercito envió 500 miembros de las fuerzas de despliegue para una misión de «búsqueda y destrucción» contra 5 mil militantes musulmanes en el sur. Dos batallones de mil soldados fueron enviados como refuerzo. En octubre, 78 militantes musulmanes murieron, en su mayoría por asfixia, mientras fuerzas del ejército custodiaban un acto de protesta en el sur.

En diciembre un maremoto (tsunami) devastó amplias áreas de Asia del Sur. El cataclismo dejó alrededor de 5.300 tailandeses muertos. La costa suroccidental del país fue gravemente afectada, incluso en puntos turísticos como las islas de Phuket y Phi Phi y en establecimientos costeros de Phang Nga y Krabi.

En las elecciones parlamentarias del febrero, el partido TRT, del primer ministro Thaksin Shinawatra, ganó 376 de 500 escaños. El opositor Partido Demócrata fue el segundo más votado, y alcanzó 97 asientos. Shinawatra comenzó su segundo período como primer ministro.

El gobierno incrementó, en julio de 2005, los recursos destinados a combatir la violencia en el sur del país, que desde 2004 había ocasionado 800 muertes. Los choques entre militantes de las minorías musulmanas y las fuerzas de seguridad continuaban en aumento.

Luego de semanas de manifestaciones contra el gobierno –en los que se pedía la renuncia de Shinawatra–, el primer ministro dijo en marzo de 2006, que la disputa debía ser resuelta democráticamente, y llamó a elecciones para abril. A fines de marzo, los partidos de oposición rechazaron una propuesta del oficialismo de formar un gobierno de coalición luego de las elecciones.

Los comicios fueron boicoteados por los partidos opositores, que los consideraban sin sentido, y fueron anulados por la Corte Constitucional. Mientras la oposición denunciaba a Shinawatra por intolerante y por haber vendido ese año parte del patrimonio nacional para favorecer a su familia y a inversores extranjeros, voces en el alto mando militar lo acusaban de usar el ejército para reprimir a los propios tailandeses musulmanes. A inicios de setiembre, en medio de crecientes manifestaciones populares en su contra, Shinawatra denunció la existencia de un complot militar para asesinarlo y dar un golpe de Estado.

El 19 de ese mes, mientras el primer ministro se encontraba en Nueva York, donde se dirigiría a la Asamblea General de las Naciones Unidas, tropas al mando del general Sondhi Boonyaratklin –perteneciente a la minoría musulmana – tomaron el control de Bangkok.

El rey Adulyadej dio su apoyo al golpe y designó a Boonyaratklin jefe de la Junta de Gobierno –integrada por otros cinco generales–. Mientras Shanawatra permanecía exiliado en Londres, la junta disolvió el parlamento y anunció el nombramiento de un nuevo primer ministro, en un plazo de dos o tres semanas, la redacción de una nueva Constitución y la entrega del poder a los civiles en un año.

El proyecto de la nueva Constitución fue dado a conocer por la junta militar en abril de 2007. La Carta, que debería ser aprobada en referéndum entes de finalizar el año, limitaba a dos períodos de cuatro años el mandato del primer ministro y bajaba el número de parlamentarios. En mayo fue prohibido el Thai Rak Thai, partido del ex-premier Shinawatra.