El territorio continental ocupado por los Estados Unidos estaba habitado 30.000 años antes de la llegada de los europeos por pueblos probablemente llegados de Asia a través del estrecho de Bering. Los diversos grupos de indígenas se encontraban dispersos en el continente, adaptando su modo de vida a las condiciones locales desde las áreas desiertas en el sudoeste hasta las llanuras arboladas al oriente.
Pequeñas y sencillas tribus recolectoras y cazadoras vivían en los desiertos y llanuras, en las tierras fértiles, otros fueron agricultores y constructores de grandes pueblos (Cahokia, cerca de la actual St Louis, llegó a tener 40.000 habitantes en el año 1000 d.C.).
Las religiones, mayoritariamente, se basaban en una concepción cósmica en la que la Tierra pertenecía al Universo, un ser vivo con poderes materiales y espirituales. Los chamanes, convocando tales fuerzas, predecían el futuro y dirigían a su pueblo, además de curar a los enfermos.
Los primeros europeos escandinavos que llegaron no se establecieron. Después del viaje de Cristóbal Colón, en 1492, los españoles fundaron San Agustín en Florida, Santa Fe en Nuevo México, y llegaron a Texas y California. Más tarde arribaron los ingleses, franceses e italianos, con intereses territoriales.
En 1540 Hernando De Soto escribió que los cherokee tenían una cultura agrícola avanzada, vinculada con los pueblos de Ohio y el Mississippi, e incluso con los aztecas.
Se calcula que en el siglo XV había 1.500.000 nativos en el actual territorio estadounidense. Dos siglos más tarde, las haciendas del sur importaron esclavos; para 1760, en esa zona, los 90 mil africanos duplicaban el número de europeos. Las colonias inglesas de la costa atlántica sumaban unos 300 mil habitantes, mientras algunos franceses se habían establecido en el valle del Mississipi.
La mayoría de los británicos venidos huían de la pobreza, la persecución religiosa y la inestabilidad política. No obstante, la colonización significó la guerra contra los pueblos americanos y los demás colonizadores. En 1733, trece colonias inglesas vivían de la agricultura, la pesca y el comercio.
En 1763, al final de las guerras europeas, Francia cedió a Inglaterra sus colonias al este del Mississippi. Las del oeste pasaron a España.
En 1775 estalló un conflicto entre los colonos y la metrópoli. La Declaración de Independencia, que marca el nacimiento de Estados Unidos, fue firmada el 4 de julio de 1776, aunque la guerra prosiguió. Los estadounidenses, aliados con Francia, vencieron, y en 1783, Inglaterra reconoció su soberanía.
En 1787, la Convención de Filadelfia elaboró la primera Constitución federal, vigente desde 1788. El primer presidente fue el general George Washington, jefe del Ejército Continental. En 1791, 10 enmiendas sobre la libertad individual y los derechos de los estados se agregaron a la Carta magna.
La conquista del oeste se realizó mediante la ocupación de tierras, sin título de propiedad previo. Los presidentes de la época la justificaron, siguiendo la doctrina del destino manifiesto de Estados Unidos de convertirse en una gran nación.
En 1803, la compra de Louisiana a Francia duplicó el territorio de la Unión. Entre 1810 y 1819, tras una guerra con España, se anexó la Florida. En 1836, los texanos, rebelados contra México, fundaron una república que se integró en 1845. Una nueva guerra sumó la mitad de México. California fue incorporada en 1850 y Oregón en 1853.
La expansión al oeste significó una verdadera tragedia para los nativos, entre oleadas de buscadores de oro y tratados sistemáticamente violados por nuevas ocupaciones. En 1838, el ejército federal expulsó a 14 mil cherokees, 4 mil de los cuales murieron en camino a sus nuevas tierras.
En 1850, de los 6 millones de habitantes europeos del sur, sólo 345.500 poseían esclavos; igualmente, la mayoría defendía la esclavitud, atemorizados por las rebeliones en Carolina del Sur, en 1822, y en Virginia, en 1800 y 1831.
La Guerra de Secesión (1861-1865) giró en torno a la esclavitud, pero su causa principal fue la lucha entre dos sistemas económicos. El capitalismo industrial del norte quería liberar la mano de obra, ampliar y proteger el mercado interno; los hacendados esclavistas del sur, mantener el libre acceso a sus mercados externos.
Con la elección de Abraham Lincoln, en 1860, los estados del sur declararon su separación. Comprometido a preservar la Unión y con mayor fuerza militar, el norte se impuso. Con un costo de un millón de muertos, se abolió la esclavitud. Quedaron la discriminación racial y un gran odio entre ambas regiones que llevó al asesinato, en 1865, del presidente Lincoln.
Después de la guerra los pueblos de las grandes llanuras, en especial los lakota (sioux), lucharon por sus tierras. Los tratados de soberanía, de 1851 y 1868, fueron ignorados tras el hallazgo de oro. Pese a la gran victoria de los lakota contra el ejército en Little Big Horn en 1876, la ocupación se completó en 1890, con la derrota total de la resistencia indígena.
En la década de 1880 los sobrevivientes nativos fueron confinados en reservas, la mayoría en zonas áridas. Años después, yacimientos de uranio, carbón, petróleo y gas natural, replantearon la cuestión de los derechos, también en esas reservas.
Entre 1870 y 1920, la población pasó de 38 a 106 millones y los estados de 37 a 48. A la fusión del ferrocarril en grandes compañías le siguió una rápida expansión capitalista, que había transformado al país agrario en industrial.
Se consolidó un sistema bipartidista, con republicanos y demócratas alternándose en el poder. A pesar de sus diferencias, mantuvieron históricamente un gran consenso en las grandes cuestiones nacionales e internacionales, y una política exterior de gran coherencia. Tras una larga lucha iniciada en 1889, en 1920 fue aprobado el voto femenino.
Alcanzada la estabilidad interna, Estados Unidos comenzó a mostrarse al mundo. La Doctrina Monroe justificó, bajo el lema «América para los americanos», las intervenciones. Francia debió retirar las tropas que protegían al emperador Maximiliano en México y el Reino Unido abandonó su disputa territorial con Venezuela. En 1890, la primera conferencia panamericana fue preámbulo del posteriori sistema interamericano.
La guerra con España por Cuba y las Filipinas, en 1898, inauguró la etapa imperialista ultramarina. La ocupación de Panamá, la construcción del Canal y de un sistema de bases militares, convirtió a América Central, su «zona de seguridad vital», en una especie de protectorado.
Durante la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos rompió su neutralidad en 1917, interviniendo contra Alemania, Austria y Turquía. En 1918, el presidente Woodrow Wilson participó en la elaboración del Tratado de Versailles, base de la nueva estructura pacífica en Europa. También buscó garantizar la paz, estableciendo la Sociedad de Naciones. De todos modos en 1920 el ingreso del país a la Sociedad de Naciones fue rechazado por el Congreso.
El período de 1921 a 1933 fue considerado el de los años «sin ley», en los que las organizaciones mafiosas prácticamente gobernaban en muchas grandes ciudades y el Ku Klux Klan (KKK) aterrorizaba a la comunidad negra en los estados del sur. Una controvertida ley que prohibía la producción y consumo de bebidas alcohólicas (ley seca) daba pie al contrabando, la producción clandestina y el auge de las actividades de la mafia.
En 1924, John Edgar Hoover fue nombrado director del Departamento de Investigaciones, un cuerpo especial de la policía, creado por el Procurador General Charles Bonaparte en 1908, durante la presidencia de Theodore Roosevelt. El nuevo director impulsó, desde el primer momento, un proyecto de dinamización del departamento (cuyos agentes no podían usar armas de fuego), intentando darle más poder para la lucha contra el hampa.
La quiebra de la Bolsa de Nueva York en 1929 desencadenó el cierre de bancos, destruyó la industria y el comercio y generó una crisis económica mundial. El número de desocupados llegó a 11 millones. Durante la presidencia de Franklin D. Roosevelt (1933-1945), el gobierno, a través de la política del New Deal (Nuevo Trato), que involucraba la inversión masiva para los trabajos públicos, logró controlar la crisis financiera.
En 1935, la aspiración de Hoover se transformó en una resolución del Congreso por el que se creó, a partir del Departamento de Investigaciones, el Departamento Federal de Investigaciones (FBI), con jurisdicción nacional y porte de armas para sus agentes.
En 1935, durante los preparativos bélicos en Europa, el Congreso aprobó una ley de neutralidad. Algunas enmiendas de Roosevelt permitieron la venta de municiones a Francia e Inglaterra, hasta que el ataque japonés a la base de Pearl Harbour en Hawaii, en 1941, precipitó el ingreso del país en la Segunda Guerra Mundial.
La guerra dinamizó la economía estadounidense. Con quince millones de soldados en el frente, la industria militar aumentó de 46,5 a 53 millones los puestos de trabajo. Seis millones de personas emigraron del campo a la ciudad y las mujeres dejaron sus hogares por empleos formales. Pese a una tregua sindical, durante la guerra hubo 15 mil huelgas y paros, por lo que el Congreso aprobó restricciones al derecho de huelga.
En esta época, el FBI convenció al presidente Roosevelt de la necesidad de iniciar investigaciones sobre una conspiración soviética contra el país que incluía el espionaje a gran escala.
Después de la derrota alemana, la intención del presidente Harry Truman (titular al morir Roosevelt, en 1944) de poner un rápido fin a la guerra con Japón terminó, el 6 y el 9 de agosto de 1945, con el primer bombardeo atómico de la historia, que arrasó las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Las bombas cambiaron las reglas bélicas y comenzó, para el mundo, la era nuclear. Ese mismo año, en Yalta y Potsdam, Inglaterra, Estados Unidos y la URSS acordaron el reparto de sus zonas de influencia.
Truman inauguró las Naciones Unidas en 1946 y fue reelegido en 1948. Como primera potencia de Occidente y en el marco de la nueva Guerra Fría, Estados Unidos se sumergió en un enfrentamiento a nivel global con la Unión Soviética. Se crearon el Tratado Interamericano de Ayuda Recíproca (TIAR) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Apoyándose en instituciones internacionales como el Banco Mundial y el FMI, así como en la intervención militar, Estados Unidos asumió el rol de salvaguarda del sistema capitalista mundial.
En 1947 Truman creó, atendiendo las nuevas necesidades del país, la Agencia Central de Inteligencia (CIA), cuyo propósito primordial fue brindar información segura y constante al propio presidente sobre todas las actividades internas o externas que tuvieran relación con la seguridad nacional. En 1948 se implementó el Plan Marshall para reactivar las economías europeas de posguerra, que insumió 13.000 millones de dólares en cuatro años.
La situación mundial e interna fue aprovechada por Hoover para incrementar su influencia, cuando el senador Joseph Mc Carthy comenzó, en 1950, la persecución de «simpatizantes comunistas» en Washington. El FBI inició un archivo de políticos, intelectuales, periodistas y ciudadanos comunes sospechosos de actividades antipatrióticas (fundamentalmente comunistas). El llamado «macartismo», a través de la Comisión de Actividades Antinorteamericanas (HUAC) y apoyado en la ley McCarthy-Walter, consistió en una gran «cacería de brujas» que veía en cualquier librepensador a un «rojo» y posible espía soviético. Los archivos del FBI se llenaron con miles de páginas de información de ciudadanos de todos los niveles de la sociedad.
En 1952 fue elegido presidente el general Dwight Eisenhower, jefe de la OTAN y comandante de las fuerzas estadounidenses en Europa durante la guerra. La Guerra de Corea (1950-1953), la división de Alemania, las rebeliones populares en Polonia y Hungría y el equilibrio nuclear mantenían la tensión con la URSS. En 1954, el senado puso fin al macartismo con censura a Joseph McCarthy pero el FBI continuó con su fichaje de ciudadanos.
En 1956, Estados Unidos dio respaldo militar al gobierno de Vietnam del Sur. En 1960, un encuentro de Eisenhower con Khruschev se malogró al ser derribado un avión espía U-2 que sobrevolaba territorio soviético.
La elección del demócrata John F. Kennedy a la presidencia, en 1960, creó la esperanza de un alivio en las tensiones. Pero, en 1961, influenciado por los informes de la CIA, Kennedy invadió Cuba e inició un bloqueo económico. Durante su gestión, tomó impulso la gestión de la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio (NASA), a quien se encomendó alcanzar a la URSS (que había lanzado el primer satélite y puesto el primer hombre en órbita) en la carrera espacial y, según promesa del propio Kennedy, bajar un hombre en la Luna antes de finalizar la década.
Kennedy fue asesinado en Dallas (Texas) en 1963. Pese al encarcelamiento y posterior asesinato de Lee Harvey Oswald, la mafia, agentes cubanos castristas, cubanos anticastristas, la CIA y el ejército, fueron algunos de los señalados como posibles ideólogos y ejecutores del magnicidio.
En América Latina, la Alianza para el Progreso, lanzada en 1961 en Uruguay por el presidente Kennedy, buscaba evitar «una nueva Cuba». Los recursos destinados apenas paliaron los problemas de la región donde se multiplicaban las guerrillas. Estados Unidos, a través de la CIA (ya con presencia mundial), apoyó a los ejércitos latinoamericanos.
Lyndon B. Johnson fue electo presidente en 1964. La guerra en Vietnam iba cada vez peor y provocaba grandes protestas en todos los Estados Unidos. Los violentos enfrentamientos raciales de la década de 1960 se acentuaron por el asesinato de activistas cívicos como Martin Luther King y Malcolm X.
En 1968 dos chapabas fundaron el Movimiento Indígena Americano (AIM). Un año después, apoyados por representantes de 50 etnias, ocuparon la prisión de Alcatraz, en San Francisco, para denunciar los maltratos y reivindicar sus derechos. El movimiento hippie y las protestas estudiantiles pautaban la profunda renovación cultural.
En 1968 Richard Nixon (ex vice de Eisenhower y ex presidente de la HUAC) ganó las elecciones. Un año después, cumpliendo el compromiso de Kennedy, gracias al programa Apolo de la NASA, dos astronautas descendieron en la Luna y volvieron a salvo a La Tierra, lo que afianzó a Estados Unidos al frente en la «carrera espacial».
En 1972, Nixon visitó Moscú y Pekín. Ese mismo año murió, tras 48 años al frente del FBI, John Edgar Hoover, dejando millones de fichas personales de ciudadanos investigados (incluyendo la suya y la de los ocho presidentes para los que trabajó).
En 1973 Nixon fue reelegido y en 1974 firmó la retirada definitiva de Vietnam. La derrota en manos de las fuerzas de Vientam del norte fue considerada un golpe devastador para la psique americana. Nixon fue forzado dimitir el mismo año, tras el descubrimiento de que los republicanos habían espiado la sede del Partido Demócrata, en el Hotel Watergate.
La segunda mitad de la década de 1970 fue el auge de las dictaduras en Latinoamérica (apoyadas inicialmente por Washington). La presidencia del demócrata Jimmy Carter, sin embargo, significó, para ellas, el comienzo del fin. Su presión sobre la cuestión de los derechos humanos violados socavó la fuerza de los gobiernos de facto.
En lo internacional, Carter reunió a los líderes Muhammad Anwar al-Sadat, presidente egipcio, y Menachem Begin, primer ministro israelí en Camp David, firmó el SALT II, un acuerdo de limitación de armas nucleares con la URSS y estableció completas relaciones diplomáticas con China. Sin embargo, la inflación económica y una larga crisis de rehenes estadounidenses en Irán le significaron la derrota electoral en 1980.
Durante el gobierno del republicano Ronald Reagan (1980-1988) el complejo militar-industrial dinamizó la economía, y compensó en parte su retraso ante los avances de Japón y Europa Occidental en otros campos. En 1983 Estados Unidos invadió Granada en respuesta a su acercamiento a Cuba.
En 1986, estalló el escándalo «Irangate», que descubrió el uso ilegal de armas para apoyar a los contrarrevolucionarios en Nicaragua. Pese a su doctrina de «paz a través de la fortaleza», Reagan logró acuerdos con el líder de la URSS, Mijail Gorvachov, sobre el control de misiles de medio alcance.
George H. Bush ganó las elecciones de 1988. En1989 decidió invadir Panamá, derrocó al gobierno y arrestó a su líder, el ex informante de la CIA, Manuel Noriega. En febrero de 1991 Estados Unidos encabezó la fuerza multinacional que sacó a Irak de Kuwait. La Guerra del Golfo afirmó la hegemonía militar mundial de Estados Unidos.
El demócrata William (Bill) Clinton, gobernador de Arkansas, fue electo presidente en noviembre de 1992 obteniendo la mayoría en las dos cámaras del Congreso. El Tratado de Libre Comercio (TLC) con México y Canadá entró en vigencia en enero de 1994. La economía se recuperó y el desempleo bajó.
Por primera vez en 40 años, en 1994 el partido Demócrata perdió las elecciones a las dos cámaras del congreso. Clinton impulsó una intervención militar en Bosnia-Herzegovina e impuso los acuerdos de Daytona (Ohio) en noviembre de 1995. En octubre de 1996 Clinton propició la realización de conversaciones palestino-israelíes en Washington. En noviembre de ese mismo año fue reelegido con el 49,2% de los votos.
Clinton tuvo que rebatir en 1998 acusaciones de perjurio. En febrero de 1999 el Senado eximió a Clinton de los cargos. Entre marzo y junio, Estados Unidos lideró las fuerzas de la OTAN que bombardearon Yugoslavia en respuesta a las persecuciones serbias contra ciudadanos albaneses en Kosovo.
Las elecciones presidenciales de noviembre marcaron un punto crítico en el sistema electoral. El candidato republicano George W. Bush, gobernador de Texas e hijo del ex presidente, y el vicepresidente demócrata Al Gore sostuvieron una de las más reñidas contiendas electorales, marcada por denuncias de irregularidades. La paridad e incertidumbre se mantuvieron durante semanas, luego de que el Estado de Florida, donde se habían registrado 6 millones de votos, ordenó un limitado recuento de los mismos.
La elección fue decidida a favor de Bush por la Suprema Corte de Justicia, en diciembre de 2000. Los diferentes resultados entre votos electorales y populares pusieron en evidencia la necesidad de revisar el sistema electoral.
El 11 de setiembre de 2001 se produjo el mayor ataque terrorista de la historia en territorio estadounidense. Cuatro aviones, secuestrados por comandos suicidas de la red islamista al-Qaeda se estrellaron: dos en Nueva York contra las Torres Gemelas, que se derrumbaron, y otro dentro del Pentágono, en Washington. Más de 3 mil personas murieron y el daño económico directo fue estimado en 1.000 millones de dólares. La población estadounidense quedó traumatizada.
Bush reaccionó declarando la «guerra global contra el terror». Washington elevó el gasto militar un 20%, y luego otro 15%. El presupuesto militar estadounidense fue así superior al de la suma del de sus 18 aliados en la OTAN.
La embestida de Bush comenzó en Afganistán en octubre de 2001 –donde derribó al régimen talibán aunque no pudo encontrar a su líder, Muhammad Omar, ni a Osama bin Laden–.
Luego, la mira de Washington apuntó, en enero de 2002, a a un «eje del mal» conformado por Corea del Norte, Irán e Irak. Este último país fue el elegido como primer blanco. Los argumentos para el ataque se apoyaban en dos razones: la presunta «voluntad» del presidente iraquí Saddam Hussein de desarrollar armamento de destrucción masiva y su posible vinculación con terroristas internacionales. A inicios de setiembre de 2002, en Nueva York, durante la 57ª Asamblea General de Naciones Unidas, Bush pidió que la ONU actuara o dejara el camino libre a Estados Unidos para que lo hiciera solo.
Pese a que en octubre Hussein acordó un permiso para que se inspeccionaran zonas «sensibles», éste no fue aceptado por Washignton ni por Londres. El mismo mes, Washington reveló que Corea del Norte admitió tener un programa de armas nucleares y exigió su desmantelamiento.
Estados Unidos, el Reino Unido y las fuerzas de la coalición armada por Washington y Londres invadieron Irak en marzo de 2003. Algunos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU no apoyaron la guerra, y Alemania se declaró abiertamente en contra.
Las fuerzas aliados avanzaron rápidamente sobre Bagdad. El 1º de mayo, a bordo del USS Abraham Lincoln, Bush anunció el final de la primera parte del conflicto y el comienzo de la «reconstrucción democrática» del país. En febrero del año siguiente Bush admitiría que las armas de destrucción masiva no habían sido encontradas.
En abril de 2004 se hicieron públicas evidencias fotográficas y de video que mostraron torturas, malos tratos y abuso sexual a prisioneros iraquíes por parte del ejército estadounidense, en la prisión de Abu Ghraib, situada en las afueras de Bagdad.
George W. Bush fue reelecto por otros cuatro años en noviembre de 2004. Con el 51% de apoyo, Bush obtuvo cerca de 3,5 millones de votos más que el candidato demócrata, John Kerry, y logró revertir la situación de 2000, cuando ganó la presidencia pero no logró más votos que su rival demócrata.
Cientos de personas murieron en setiembre de 2005 cuando el Huracán Katrina, la tormenta más destructiva que en décadas padeciera país, arrasó con los estados de la costa del Golfo de México. Gran parte de la ciudad de Nueva Orleáns quedó sumergida bajo las aguas y, tras el cataclismo climático, sobrevino uno político. El gobierno fue duramente criticado por su demora y falta de previsión (incluyendo al presidente Bush, las principales figuras de la administración se encontraban de vacaciones).
Millones de manifestantes a lo largo del país tomaron las calles en abril y mayo de 2006, para protestar por las medidas contra la inmigración ilegal planeadas por el gobierno. Los organizadores de las marchas alzaban carteles con leyendas como «somos un país de inmigrantes» y describían las manifestaciones como «la lucha por los derechos civiles de nuestra generación».
El senador Robert F. Kennedy Jr. publicó un artículo en junio, en la revista Rolling Stone, en el que denunciaba un fraude perpetrado por el Partido Republicano en las elecciones de 2004, que le impidió a John Kerry llegar a la Casa Blanca. Según Kennedy, más de 350 mil personas en Ohio no pudieron votar porque sus nombres no aparecían en los padrones, pese a haberse registrado como votantes. Además, el artículo cuestionaba el funcionamiento de las máquinas utilizadas para sufragar. El Estado de Ohio resultó fundamental para la victoria de Bush en el colegio electoral.
En mayo de 2007, Bush vetó un proyecto, aprobado en ambas cámaras del congreso, que condicionaba un aumento en el financiamiento de la invasión a Irak a cambio de un plan de retirada que comenzaría en octubre y culminaría en marzo de 2008. Bush señaló que establecer un plazo para el retiro de tropas era como «ponerle fecha al fracaso» en Irak. Agregó que el financiamiento era necesario para dar más tiempo a que la nueva estrategia de avanzada en Bagdad rindiera frutos. Finalmente, tras negociaciones, el Congreso aprobó otorgarle 100.000 millones de dólares adicionales..
El principal asesor de Bush, Karl Rove, dejó la Casa Blanca en agosto. Aunque Rove señaló que se debía a razones estrictamente personales, distintos analistas aseguraron que la renuncia se debía a que su imagen se había visto seriamente afectada por la derrota republicana en las elecciones legislativas de 2006.