Reportes Especiales
Quebec y su largo camino independentista

Amplios sectores del movimiento independentista han asumido posturas conservadoras -como las sostenidas por la derecha quebequense en 1960- desde que fracasó el último referéndum por la independencia. También, porque Canadá depende estructuralmente de Estados Unidos y éste no está para rupturas.

El nacionalismo francés, en Canadá, tomó cuerpo a finales de 1960. Intelectuales y trabajadores entendían que la crisis económica en Quebec era culpa de la Federación canadiense y proponían, a grandes rasgos, dos alternativas: un mejor relacionamiento con las demás provincias y con el gobierno central, o la independencia de Quebec y su constitución como estado soberano. Quienes sostenían esta segunda postura se reunían en torno del recientemente creado Partido Quebecois (PQ), liderado por René Lévesque y conformado con ex-militantes "izquierdistas" del Partido Liberal (PL), unionista. Las motivaciones secesionistas eran de orden económico, entonces. De acuerdo a la legislación canadiense, ninguna de sus provincias puede separarse y para los independentistas del PQ esta posibilidad sólo se lograría con un referéndum y con el apoyo de la comunidad internacional.

En ese sentido, en tres años se sucedieron dos hechos de importancia que instalarían "Quebec" en el escenario nacional e internacional. En 1967, el entonces presidente de Francia, Charles de Gaulle, gritó "Vive le Quebec libre" desde los balcones del Montreal City Hall en un claro apoyo a los separatistas, despertando movilizaciones proindependencia en las principales ciudades de la provincia. En octubre de 1970, el extremista Frente de Liberación de Quebec secuestró al ministro de Trabajo de Quebec, Pierre Laporte y al comisionado británico de Comercio, James Cross. Laporte fue encontrado muerto días después y Cross fue liberado. Por esos hechos, el primer ministro canadiense Pierre Trudeau decretó medidas de guerra, envió a sus tropas y suspendió las garantías civiles.

Una vez solucionados los problemas económicos, el nacionalismo separatista comenzó a tener otras exigencias, como la defensa del idioma francés del expansionismo anglosajón y protestante, mayoritario en Canadá. En cierta forma, estos sectores comenzaron a izar las banderas perdidas ante Gran Bretaña en 1759, cuando por la batalla de "Plains of Abraham" se apropió de Nueva Francia, antecesora de Quebec.

En las elecciones provinciales de setiembre de 1994, el PQ obtuvo el poder nuevamente y su líder Jacques Parizeau -que fue electo gobernador- prometió un nuevo referéndum y la independencia; el primero había sido en 1980. La otra fuerza política separatista era el Bloque Quebecois (BQ), liderado por Lucien Bouchard que es el actual gobernador de Quebec. En el referéndum de octubre de 1995, los independentistas perdieron con el 49% de los votos, y varias cosas comenzaron a quedar claras.

Primero, que esa independencia requería un paso previo: un nuevo relacionamiento económico, político y militar con Canadá. Los líderes separatistas, de haber ganado, estaban mandatos para entablar negociaciones con Canadá y sólo si eran rechazadas declararían la independencia. Segundo, quedó demostrado que cada vez son más los separatistas en Quebec, o que cada vez son más los quebequenses que se sienten menos canadienses, pues en 1980 habían obtenido el 40% de los votos.

Desde entonces, las cosas no han sido fáciles para los quebequenses. El mayoritario BQ se ha mostrado menos exigente aunque -siempre en su línea nacionalista- ha reclamado mayores poderes para Quebec. En octubre de 1999, el presidente estadounidense Bill Clinton afirmó desde Montreal "piensen dos veces antes de una ruptura, en tiempos de globalización". Seguramente, porque el 90% de los ingresos por exportaciones canadienses depende de Estados Unidos. Bernard Landry se convirtió en el líder del Partido Quebecois en marzo del 2001 y fue elegido primer ministro de Quebec a fines del mismo mes, después de la renuncia de Lucien Bouchard.


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