Relaciones Internacionales


El derecho internacional humanitario emergió tímidamente hace dos siglos y se afirmó en sucesivas etapas después de la Segunda Guerra Mundial. Finalizando el XIX, el Zar ruso Nicolás II, convocó a una serie de conferencias en el marco de la cuales las potencias europeas suscribieron una regulación convencional de la guerra. Estas no hacían mención alguna, sin embargo, a una eventual responsabilidad penal de los individuos.

La entrega de Milosevic: un precedente polémico

El 28 de junio de 2001, fecha en que fue trasladado el ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic al Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, quedará registrado en la historia del Tribunal y, sin duda, de la justicia penal internacional como un polémico precedente histórico. Se trataba de la primera vez en que un ex jefe de Estado era llevado ante una corte penal internacional, un acontecimiento aplaudido por la mayoría de los países occidentales, observado como un progreso en la justicia internacional. Asimismo, se ha subrayado que el TPIY ha constituido una oportunidad única para que las víctimas sean escuchadas y para testimoniar los horrores que han padecido.

Como el TPIY depende de las potencias occidentales para su financiación, para la documentación de sus investigaciones, para el arresto de los acusados y para que se ejerza presión a fin de que sean entregados los inculpados, se ha criticado al tribunal su falta de independencia política (respecto a las potencias occidentales y sobre todo hacia Estados Unidos). De hecho, por más que los países del Norte y sus medios de comunicación repiten que fue el descubrimiento de los crímenes cometidos por su ex mandatario lo que llevó al pueblo serbio a entregarlo, lo cierto es que el presidente en ejercicio, Vojislav Kostunica, quien no reconocía la legitimidad del TPIY, recibió un grosero chantaje económico por parte de Washington para que lo entregara. Según algunos críticos, es posible que sea la voluntad estadounidense de "tapar" sus propios "crímenes de guerra" lo que esté en la raíz de esta ansia de Washington por juzgar al mismo hombre que, a pesar de haber sido llamado el "Carnicero de los Balcanes", fuera considerado (hasta que la OTAN atacó abiertamente a los serbios en Kosovo) el interlocutor principal de los occidentales (Milosevic firmó los Acuerdos de Dayton en 1995).

En este sentido, también se ha afirmado que el TPIY no deja de ser un instrumento de ingerencia de las potencias en las políticas internas de los estados y que atenta contra el principio de soberanía nacional.

Este tipo de crítica refleja los defectos de los tribunales ad hoc como el TPIY y también demuestra la necesidad de establecer de forma urgente un Tribunal Penal Internacional permanente.

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